El consejo de administración del Banco CEISS -fruto de la unión de Caja España y Caja Duero- ha aprobado el plan de reestructuración que incluye la petición de 600 millones de euros de ayuda pública, el despido de alrededor de mil empleados y el cierre de 250 oficinas, y que espera que sea aprobado por la Comisión Europea el 20 de diciembre.
De autorizar Bruselas este plan, el Estado tendría algo menos del 30% de las acciones del CEISS, según fuentes de la entidad.
La propuesta, que ha sido aprobada en un Consejo de Administración, convocado con carácter extraordinario y celebrado en Madrid, implica que la entidad bancaria pueda continuar su andadura tanto en solitario, como con otra entidad, según dichas fuentes.
Cierre de 250 oficinas
El cierre de oficinas afectará básicamente a las que están situadas fuera del entorno de Castilla y León, de Madrid y de Extremadura, siguiendo así las directrices de Bruselas que exige que las entidades que reciban ayudas limiten su actividad a su zona geográfica.
Dichas fuentes han explicado que, de momento, está interrumpido el proceso de fusión con Unicaja, hasta el día 20 de diciembre, que es cuando se prevé que Bruselas sobre este plan, al igual que lo hará sobre los de BMN, Liberbank y Caja3.
El Banco Ceiss dispondrá de un capital algo superior a los 2.000 millones de euros, de los que 600 corresponderán a los que pidan al FROB, con lo que el Estado se convertirá en accionista de la entidad con una participación de algo menos del 30%.
El resto del capital provendrá de los bonos del Estado, que canjeará la entidad a cambio de la cesión de sus inmuebles a la sociedad Sareb, más conocida como banco malo; así como de la conversión de deuda subordinada y participaciones preferentes; y todo ello será convertido en acciones del Banco.
La reunión del Consejo de Administración se ha celebrado esta mañana, en Madrid, después de que la Comisión Europea decidiera que la aportación directa del Estado era la mejor fórmula para recapitalizar tanto el Banco CEISS como el grupo BMN.
Con ello se descarta la previsión inicial de que el apoyo público que BMN y CEISS llegara a través de bonos convertibles contingentes ("cocos", en el argot financiero), que las entidades podrían recomprar en un plazo máximo de 5 años.