Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-20 han advertido a la Unión Europea del riesgo que corre la economía mundial si no se aplican las medidas anticrisis aprobadas por sus líders. También ha alertado a EE.UU. que, si no resuelve su problema de déficit presupuestario, la recuperación de la economía mundial puede frustrarse.
Estados Unidos se enfrenta al denominado precipicio fiscal si republicanos y demócratas no llegan a un consenso antes de fin de año para fijar un ritmo sostenido de consolidación fiscal. Si ese pacto no se logra, se produciría un alza de impuestos y una importante reducción del gasto público en 2013, lo que podría traducirse en una contracción del 4% del PIB estadounidense.
Una situación que, además de perjudicar a países como México y Canadá, tendría “repercusiones a nivel global”, según el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens.
El presidente elegido este martes en las elecciones de EE.UU. tendrá que lograr un consenso político en tan solo dos meses, según ha afirmado la directora del FMI, Christine Lagarde.
Además, ha considerado fundamental "la implementación de políticas por parte de todos los tomadores de decisiones", sobre todo de actores clave como Estados Unidos, Japón y la eurozona, informa Efe.
En este sentido, EE.UU. se ha comprometido a “calibrar el ajuste en las cuentas públicas” para asegurarse de que sigue en la senda del crecimiento económico a largo plazo, mientras que la Unión Europea señala que está “comprometida” con la puesta en práctica de las últimas medidas adoptadas en por el Consejo Europeo.
La UE se compromete
En concreto, la UE hace referencia en el escrito a su compromiso para que el marco legislativo del supervisor bancario único esté listo el 1 de enero de 2013, y señala que “buscará su puesta en marcha" a lo largo del próximo año.
"Esperamos una recuperación en la zona euro y de la Unión Europea al comienzo del año entrante y vamos a tener una economía más robusta en 2014", ha señalado el vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, al término de la reunión, quien ha destacado que se trabaja a “largo plazo” para concluir una unión monetaria y económica que ayude a la recuperación.
Además, ha descartado que la recapitalización directa de la banca sea un problema, ya que todos han obtenido la financiación necesaria para garantizar su operación.
En el comunicado de conclusiones, el G-20 reconoce los acuerdos alcanzados por la Unión Europea para salir de la crisis de deuda, sin embargo, según un alto funcionario que ha participado en la reunión al que cita France Press, "hay impaciencia y una fuerte necesidad de que se pongan en práctica de manera efectiva y concreta". Este mismo funcionario ha asegurado que el G20 "está ahí para presionar a unos y otros".