Bahman Ghobadi, cansado pero inquieto, aparece en un Kursaal repleto de prensa y acreditados. El director iraní, dos veces ganador de la Concha de oro, ha pasado la noche en vela, intentando evitar que el Festival proyecte una copia de su película Rhino Season. No está satisfecho con la imagen y el sonido. Pero no es responsabilidad del Festival.
Desde Turquía vuela una copia que Ghobadi aprueba. Ha pedido una moratoria pero no es posible: la huelga ya ha comprimido suficientemente una programación que este año tiene cinco Premios Donostia. Son hechos consumados, su película va a proyectarse. Ghobadi tiene el síndrome del pintor que no sabe cuando está terminado el cuadro. No es extraño. El director se ha dejado el alma en Rhino Season. Y ha regalado una obra maestra.
Micrófono en mano, acompañado de José Luis Rebordinos, director del festival, se disculpa en farsi: “Estoy feliz y triste. Estuve trabajando hasta las cinco de la mañana para solucionarlo porque es una película poética, de imágenes y sonidos”. Ghobadi lleva dos años con este proyecto, producido por Martin Scorsese, que narra la historia de Sahel, un poeta kurdo-iraní que es liberado tras pasar treinta años en prisión en Irán y trata de reunirse con su esposa, que lo cree muerto, en Estambul. “Dejé Irán hace cuatro años, obligado por el gobierno. He hecho Rhino season para encontrarme a mí mismo”, explica Ghobadi. Sus palabras constatan es algo más que una película: “La hice porque no quiero morir”.
Favorito a la Concha de oro
El desarraigo de Ghobadi tiene su eco amplificado en Rhino Season. La represión de la revolución islámica iraní sobre el poeta kurdo-iraní de la cinta alcanza dimensiones aberrantes. Pero Rino Season no es una película cruda ni de violencia explícita, es un poema sobre el dolor y el amor. Monica Bellucci interpreta a la mujer del poeta (e hija de uno de los generales del Sha), que también sufre la revancha revolucionaria. “Lo intérprete de una manera minimalista, desde la contención y la verdad”, declaraba a TVE la actriz italiana, auténtica estrella de una jornada bajo mínimos. Behrouz Vossoughi da vida al poeta Shael, seguramente aprovechando su propia biografía: fue una superestrella en Irán hasta que se exilio en 1978.
La voz del pueblo kurdo es el tercer protagonista. “Solo el que vive en la frontera, creará una tierra”, dice en off uno de los poemas de Sahel. Ghobadi ha planificado de manera extrema cada plano y cada sonido sin caer en el esteticismo vacío. Por el control que tiene sobre todos los elementos, el paso lógico para Ghobadi sería el cine de animación, Quizá algunas visiones y metáforas puedan ser ininteligibles pero es un lujo que las obras maestras pueden permitirse. Rhino Season, pese a la división de opiniones propia del riesgo, es más que probable que engrandezca el palmarés final.