El sindicato de técnicos de Hacienda Gestha ha propuesto que el Gobierno vuelva a recaudar el Impuesto de Patrimonio, con un gravamen que triplique al actual, y con exenciones a quienes inviertan en bonos del Tesoro.
Según el colectivo, estas medidas ayudarían a la financiación del Estado y le evitarían pedir un nuevo rescate. En un comunicado, Gestha propone la modificación urgente del impuesto sobre el patrimonio para situar el gravamen medio entre el 1% y el 2%.
El impuesto grava a las personas que tienen un patrimonio superior a los 700.000 euros, excluida la vivienda habitual (hasta 300.000 euros). El gravamen es progresivo (en función de la riqueza) de entre el 0,2 y el 2,5%, pero el impuesto está cedido a las comunidades autónomas y las más grandes, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana, renunciaron a recaudarlo cuando se reimplantó a finales de 2011, aunque la última ha dado marcha atrás y volverá a cobrarlo.
Gestha concluye que el año que viene, cuando el impuesto sobre el patrimonio dejaría de existir según la actual ley, se sustituya por uno de ámbito estatal y que incorpore fórmulas para evitar la interposición de sociedades con las que las grandes fortunas eluden su pago.
El sindicato propone llamarlo desde entonces “impuesto sobre la riqueza”. Además, no tendrían que pagarlo las personas que compren deuda pública en las subastas del Tesoro (mercado primario) y mantengan los títulos durante su plazo.
De esta forma, la inversión en deuda pública tendría más atractivo que ahora (al añadirle a la rentabilidad la exención) e indirectamente también bajaría el interés que tiene que pagar ahora el Estado.