En estos días las fashion victim se mueren por llevar un Versace vintage (de la época de Gianni), sobre todo después de ver a Lady Gaga, Rihanna o Paris Hilton enfundarse vestidos y monos con los estampados icónicos de la casa de la medusa.
Al cumplirse 15 años de su muerte algunas de sus prendas más representativas se sacuden el polvo, y la etiqueta de hortera, y saltan de la calle a las páginas de la revistas. Es el homenaje de las estrellas al último Emperador de la Moda. El Museo del Traje de Madrid se suma al recuerdo con una exposición que recoge al obra del italiano.
Jugando con las tijeras de mamá
Gianni Versace nació en Calabria, en el sur de Italia, en 1946. Desde pequeño estuvo en contacto con telas, tijeras y metro. Su madre era modista y tenía una tienda de ropa en la que el niño pasaba muchas horas. Tenía dos hermanos: Santo y Donatella.
Estudió diseño arquitectónico, una carrera que influiría mucho en sus colecciones, y con 22 años ya diseñaba ropa. En 1972 salió de puso rumbo a Milán donde la suerte, y la fama, le estaban esperando.
Dio sus primeras puntadas en el atelier de Salvatore Chiodini y Ezio Nicosia, y empezó a tejer su carrera con las líneas de mujer para Callaghan y Genny. En 1974 creó su primera colección bajo la etiqueta Complice.
Dos años después, y viendo el potencial de su hermano, Santo decidió abandonar su profesión de gestor de empresas y se reunió con Gianni en Milán. Al año siguiente, en 1977, llegaría Donatella. Un monstruo de tres cabeza amenazaba con comerse el mundo.
Nace un mito
La primera colección para mujer de Versace llega en febrero de 1978 y seis meses después se presenta la primera de hombre. Ese año nace el mito y la década de los 80 es su reino.
La empresa crece y se expande a otros mercados como París, Londres, Nueva York. En 1979 comienza a colaborar con Richard Avedon y las fotografías seducen a todo el mundo. Crea el famoso vestido de malla (en 1982) para el que busca ayuda en una empresa de ingeniería alemana, e investiga con el laser para lograr resultados sorprendentes.
Su talento es grande y empieza a colaborar con las artes escénicas diseñando vestuarios para óperas y ballets, siendo Maurice Béjart la persona con la que tuvo una relación más fructífera y duradera.
A mediados de los 80 llegan las retrospectivas, los premios y la conquista de España. Versace se sitúa en una inmensa tienda de 600 metros en el barrio de Salamanca, y antes de terminar la década nace “Versus”, su línea más joven e informal.
Las diosas desfilan para Gianni
Con los 90 llegan las supermodelos y se convierten en las mejores aliadas del diseñador. Con ellas, sus diosas, hace campañas, editoriales y desfiles inolvidables. El mundo de la música, encabezado por Elton John, se rinde a sus pies y llega el premio CFDA, el oscar de la moda. El Oscar le trae suerte. En 1994 Hugh Grant desfila por la alfombra roja de Hollywood del brazo de su novia. Liz Hurley deja a todos con la boca abierta con un vestido negro con imperdibles dorados de Versace. La imagen da la vuelta al mundo y los pedidos llegan desde todas las partes del planeta.
El estilo Versace es inconfundible. Gianni mezcla estilos a su antojo: rasgos clásicos, estampados llamativos, cortes osados, asimetrías y siempre con un toque sexy y descarado. Se inspiró en el arte grecolatino, el Renacimiento, el Barroco, el Art Deco y las vanguardias. Arte para hacer arte.
Hizo del exceso una declaración de principios y vistió a sus diosas con vestidos drapeados que recordaban a los que llevan las esculturas clásicas. También con otros cortados al bies y siempre en tonos fuertes, dorados, plateados o estampados con obras de Warhol.
Giorgio Armani contó que en una ocasión Gianni le dijo "Giorgio, tú vistes a las mujeres elegantes, y yo a le zoccole, a las prostitutas”. Una frase que da una pista del look que persiguió durante toda su vida: hot.
La "Medusa" nada en la abundancia y Gianni invierte en obras de arte y mansiones. Una de ellas, Casa Casuarina, en Miami. Se trata de un complejo de apartamentos que el diseñador transforma en un lujoso palacio de estilo italiano. Nunca imagino que sería el escenario de la tragedia.
Un trágico final
El 15 de julio de 1997 desayuna leyendo la prensa y cuando regresa a casa recibe dos impactos de bala mientras sube las escaleras. Ese año renace el mito. La noticia conmocionó al mundo y así lo contaron los informativos de TVE.
Gianni Versace, asesinado (1997)
El funeral se ofició en la Catedral de Milán. 2.000 personas lloraron a Gianni. La princesa Diana atendía a un desconsolado Elton John, Naomi Campbell era un mar de lágrimas y los compañeros de profesión, Giorgio, Gianfranco, Karl, Valentino olvidaron sus rencillas para decirle, juntos, adiós.
Entre todos, y relegado a un segundo plano, estaba el amor de Gianni. Antonio d´Amico y el diseñador vivieron 15 años juntos. Ahora, 15 años después de la tragedia, ha dicho en una entrevista que fue terrible perder a su compañero pero también sentirse repudiado ese día por la familia Versace.
Cinco meses y medio después de la muerte la investigación policial llegó a la conclusión que el asesino, Andrew Cunanan, actuó solo, y que se suicidó con la misma pistola con la que disparó a Versace.
Allegra, la heredera
Gianni Versace dejó una herencia de 250 millones de euros que repartió entre su sobrina Allegra (45%), su hermano Santo (35%)y su hermana Donatella (20 %). A su pareja le legó una pensión de 28.500 dólares mensuales.
Donatella había sido su musa y fuente de inspiración, y desde la muerte del diseñador es la vicepresidenta del consejo de administración y directora creativa del grupo Versace.
La casa tiene varias líneas y hay cuatro principales: Atelier Versace, Versace Donna, Versace Uomo y las colecciones de accesorios (Bolsos, zapatos, cinturones, perfumes, gafas, relojes, hogar y joyas). Además cuenta con diversas líneas licenciadas que se distribuyen en tiendas multimarca. Tienen dos hoteles de lujo, Pallazo Versace, en Australia y Dubai, aunque el primero se vende por 80 millones de dólares.
Poco a poco la gente fue olvidando a Gianni y la casa fue perdiendo esplendor. Las ventas bajaron y lucir una medusa ya no era nada chic. A partir del año 2000 los números rojos empezaron a hacer estragos.
H&M
En 2004 la casa anunció que abandonaba el calendario de la Alta Costura de París, y al año siguiente cerró las tiendas de Barcelona y Madrid. Llegaron años de dura travesía por el desierto y el olvido. Los momentos de gloria se limitaban a unos segundos en la alfombra roja de los Oscar aunque siempre ha contado con el apoyo del mundo de la música.
Madonna, Cristina Aguilera, Jon Bon Jovi, Britney Spears, Lenny Kravitz, Beyoncé…la legion de seguidores de Donatella es enorme y todos tienen algo en común: una potente carga sexual.
2009 fue un año aciago y se habló de pérdidas superiores a los 30 millones de euros. Hubo despidos masivos y más cierres, y cuando la medusa se ahogaba llegó la sueca.
H&M sedujo a Donatella para que la casa Versace colaborara con ellos. De la unión salieron dos colecciones: una de invierno y otra de verano que solo se vendió online en algunos países, España no fue uno de ellos.
El impacto mediático ayudó a las ventas y los oros volvieron a brillar. Versace superó los beneficios previstos en un 15% aunque el balance seguía en rojo. La casa volvió a desfilar en la alta Costura de París en enero de 2012, y repitió en julio.
Renacimiento. Una nueva época
La colección de primavera-verano 2012 está marcada por los colores suaves y el blanco. Se inspira en el mar y tiene vestidos cuajados de estrellas, conchas y tachuelas. Ha tenido buena acogida y ha llegado a las portadas de las revistas más prestigiosas.
La colección para el próximo invierno, en cambio, es estilo gótico. Terciopelos, cueros y prendas de tacto metálico se decoran con cruces, un motivo que Gianni adoraba incrustar sobre vestidos o monos-joya. Bordadas, estampadas, recortadas sobre la tela, este símbolo recorre la colección oscura, con predominio del negro y destellos en amarillo y naranja. Los vestidos de noche llevan asimetrías, y patchwork de tejidos de distinta naturaleza. La campaña, para la que de nuevo ha contado con los Mert&Marcus, es oscura, inquietante y con referencias al expresionismo alemán y al mundo militar.
Las supermodelos han vuelto aunque ellas dicen que nunca se fueron. 20 años después de conquistar el mundo Eva, Claudia, Christy, Linda, Helena y Naomi protagonizan campañas, desfilan y acaparan portadas de las revistas más prestigiosas. Gianni, el gran Gianni, las esculpió con cincel de oro para darles el don de la inmortalidad.
En la Vida al Bies repasamos la evolución de las diosas de Versace. De Jerry Hall a Gisele. (y más en twitter: munoz_rafa)