Italia y España han lanzado un pulso a la UE. El primer ministro italiano, Mario Monti, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy han condicionado su apoyo al plan de crecimiento europeo de 120.000 millones de euros a que la Unión Europea tome medidas para aliviar la presión sobre sus deudas soberanas a corto plazo, muy presionadas en los mercados.
"España e Italia mantienen una reserva. No hay acuerdo en nada hasta que haya un acuerdo en todo", han señalado fuentes europeas e italianas a las agencias Efe y Europa Press.
Según ha confirmado la delegación española en Bruselas a RNE, el Gobierno de Mariano Rajoy “está a favor del pacto de crecimiento”, pero advierte de que “no es creíble sino hay una solución global para la sostenibilidad de la deuda a corto plazo”.
“No hay acuerdo en nada hasta que haya un acuerdo en todo“
Por ello, España ha supeditado su apoyo a que haya un mensaje "indudable" por parte de la UE de que van a ayudar al país a rebajar el alto coste de financiación en los mercados.
La misma postura mantiene la delegación italiana, que incide en que se debe solucionar "el problema de la inestabilidad a corto plazo, el problema de la prima de riesgo", han indicado las fuentes a Efe.
Las negociaciones continúan en la UE
"Hay dos países que insisten en que haya un acuerdo sobre medidas a corto y largo plazo. Pero la discusión no está bloqueada, la discusión continúa", ha revelado el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en la rueda de prensa en la que ha anunciado el visto bueno al pacto por el crecimiento, que no su aprobación definitiva.
En concreto, Monti y Rajoy se han negado a respaldar un capítulo del plan de crecimiento que habla sobre la estabilidad financiera por considerar que en la cumbre no se han logrado suficientes progresos sobre la actuación a corto plazo. "Lo que estamos diciendo es que las dos cosas tienen que ir juntas. Pero no hay discrepancias de fondo", han explicado fuentes diplomáticas españolas a Europa Press.
El presidente francés, François Hollande, en una rueda de prensa posterior a la de Van Rompuy, ha especificado cuáles son las exigencias de Roma y Madrid: Italia busca un mecanismo para reducir de forma rápida su prima de riesgo, mientras que España busca la recapitalización directa de la banca y que el fondo permanente de rescate (MEDE) no tenga categoría de acreedor preferente, algo que inquieta a los inversores.
Monti y Rajoy acorralan a Merkel
Antes del encuentro, el presidente del Gobierno manifestaba que España se estaba financiando a "unos precios demasiado elevados". Mariano Rajoy señalaba entonces que defendería "un compromiso para garantizar la sostenibilidad de la deuda, por la vía que sea".
De la misma opinión Mario Monti, que propone la compra de bonos en el mercado secundario por parte de los fondos de rescate europeos de forma automática y sin condicionalidad económica al país. Es decir, que se active la adquisición de deuda cuando la prima de riesgo llegue a un determinado nivel y sin tener que asumir nuevos planes de ajuste y recortes, una postura apoyada por otros países europeos, según Reuters.
El hecho de que España e Italia condicionen su apoyo al plan de crecimiento podría acarrear problemas a Merkel en la ratificación del pacto fiscal en el Parlamento alemán, prevista para este mismo viernes, informa Gema Romero. La canciller necesita a la oposición socialdemócrata y los verdes para conseguir la mayoría de dos tercios necesaria para ratificar el pacto fiscal que ella lideró en Europa y que consagra la austeridad y la disciplina fiscal por ley.
Merkel llegó a un acuerdo con los partidos de la oposiciónpor el que éstos se comprometían a apoyar el tratado europeo a cambio de la creación de una tasa a las transaciones financieras y el plan de crecimiento, bloqueado ahora por España e Italia.
Plan de crecimiento
El plan de crecimento por valor de 120.000 millones acordado este jueves tiene como objetivo ayudar a fomentar la actividad económica y el empleo, que ya propusieron España, Italia, Francia y Alemania en la cumbre a cuatro que celebraron la semana pasada en Roma. La mitad de ese dinero iría destinado a las pymes y el empleo juvenil, ha explicado en rueda de prensa el presidente permanente del Consejo, Herman Van Rompuy.
Sin embargo, el montante económico, que supone el 1% de la riqueza europea, procede de distintas iniciativas previas: no es dinero nuevo.
Para recabar esos 120.000 millones, los Veintisiete han dibujado una hoja de ruta que incluye el uso de la capacidad prestadora del Banco Europeo de Inversión (BEI), los llamados bonos proyecto y el Fondo Europeo de Inversión. "No se trata solo de inyectar dinero, sino de fomentar el empleo, la actividad empresarial sostenible", ha explicado Van Rompuy, que ha afirmado que las inversiones "deben dirigirse directamente a los países más vulnerables", recoge Efe.