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Un año de austeridad y crisis en Portugal

  • Passos Coelho se entrenta este lunes a su primera moción de censura

  • Su gobierno ha sufrido dos huelgas generales y varias manifestaciones

  • Ahora Portugal intenta reducir la dependencia europea de sus exportaciones

RTVE.es / Efe
3 min.

El jefe del Gobierno en Portugal, Passos Coelho, cumple este jueves un año en el poder, desde que ganara las elecciones anticipadas de junio de 2011, coincidiendo con una gira por latinoamérica, concretamente Perú, Brasil y Colombia, para promover la inversión en su país y las exportaciones.

La lucha contra la crisis económica, que no empezará a remitir hasta finales de 2013, y la austeridad impuesta en el rescate del país ha protagonizado su gobierno, al que según sus propias previsiones junto a la de los organismos internacionales, le queda otro año más de disciplina económica y ajustes para reducir el déficit fiscal.

En Lisboa se daba por hecho que se iba aprobar la ayuda a la economía de Portugal. Los políticos están en precampaña electoral pero todos saben que, gobierne quien gobierne, contará con esos 78.000 millones de euros para los próximos tres años. Aunque también de que el préstamo va a traer consigo: más impuestos, recortes en las pensiones más altas, en las prestaciones sociales, salud y educación de copago y privatización de empresas públicas, entre otras muchas medidas. La meta es reducir el déficit público al 3% en 2013. La consecuencia: que esta austeridad exigida por Europa llevará a Portugal directo a la recesión.

Una de las respuestas en las que Passos Coelho ha puesto más esperanza ha sido en el sector exterior, con el objetivo de reducir la fuerte dependencia de Europa y contrarrestar así el mal ciclo económico del Viejo Continente.

Los 78.000 millones de euros del rescate de Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han favorecido que Portugal no tenga que financiarse en el mercado, donde los intereses de su deuda, que llegaron al 17 % en enero de este año, están ahora en niveles de hace diez meses. El bono luso a diez años cerró el miércoles al 10,4 % de interés y no ha dejado de bajar en las últimas semanas pese a la incertidumbre sobre los problemas de la zona euro.

Aunque ha recibido críticas de la izquierda lusa, los organismos internacionales y Alemania, país que lidera el avance en la UE, han reconocido la prioridad que Passos Coelho ha dado al cumplimiento de las duras condiciones del rescate.

Moción de censura

Prueba de ello es la moción de censura que le espera nada más llegar a su país el próximo lunes y que ha presentado el Partido Comunista, una de las tres fuerzas minoritarias de la izquierda marxista en el Parlamento. Con su mayoría absoluta -132 de los 230 diputados- la coalición conservadora no tendrá problema alguno para superar una votación en la que los socialistas, principal partido de la oposición, prevén además abstenerse.

Además de esta primera moción de censura, Passos Coelho ha sufrido dos huelgas generales contra su política económica -aunque solo una de ellas fue secundada por los dos grandes sindicatos lusos- y varias manifestaciones, aunque cada vez menos multitudinarias,  contra su política de austeridad como la del pasado domingo en el centro de Lisboa.

Los esfuerzos del Gobierno luso se centran ahora en facilitar la recuperación de la economía, cuyo producto interior bruto (PIB) caerá un 3 % este año y apenas empezará a mostrar signos de crecimiento a finales del año próximo.

El desempleo, que se ha cuadriplicado desde el año 2000 y ronda ahora el 15 %,  todavía subirá el próximo año al 16 %, según los pronósticos oficiales, un nivel récord en las más de tres décadas de democracia portuguesa.

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