Mario Monti escucha la sublevación de sus grumetes. NO se puede cortar más el gasto en algunos ministerios, es el mensaje insurrecto de los responsables de Exteriores, Interior y Defensa.
Por eso, la revisión del gasto público que prometiera Monti hace meses no se acaba de concretar.
La Administración pública sigue dilapidando dinero en inmuebles vacíos mientras paga alquileres altos, lo que supone un desembolso de hasta 12.000 millones de euros.
Hay gastos inútiles como el que se produce en contabilidad, donde todos los documentos han de ser -todavía- enviados de forma material.
En el Ministerio de Defensa se produce una duplicación de servicios en el apartado de Defensa del Territorio, y existen una infinidad de consorcios -como la comunidad de la montaña, de las cuencas...- y asociaciones varias que ralentizan la burocratizada administración y suben el gasto público.
El ministro para el Desarrollo Económico, Corrado Passera, resta importancia a estas reticencias y asegura que se está terminando el tiempo de ajuste y se puede empezar a hablar ya de crecimiento.
Mientras tanto, el Ministerio del Interior, siguiendo los requerimientos de ahorro, propone la reducción de un 10% del personal por medio de prejubilaciones.