Mientras los autores españoles han decidido enfrentarse a la crisis con cómics sociales, autobiográficos o de humor, la potente industria francesa no olvida los grandes títulos de aventuras, como los tres que nos llegan estos días, tan diferentes como interesantes. Uno de romanos, La expedición 1: El León de Nubia (Diábolo ediciones); otro de piratas, Barracuda 1: Esclavos (Norma editorial). Y un tercero sobre ases de la aviación, Mezek (Norma Editorial)
'La expedición', mejor que una película de Hollywood
Lo primero que salta a la vista de La expedición1: El León de Nubia, son los espectaculares dibujos del artista norteamericano Richard Marazano, que realiza una minuciosa labor de reconstrucción de época y emplea una iluminación realmente espectacular. Un minucioso trabajo que le lleva meses para acabar cada uno de los cuatro álbumes de que contará la historia.
Y que se ve embellecido por su espectacular colorido con el que es capaz de recrear todos los tonos del desierto egipcio o de la jungla africana, creando imágenes tan espectaculares como si se tratase de una gran superproducción de Hollywood.
La historia nos cuenta como poco después de la conquista de Egipto, a las orillas del Nilo, un centurión romano descubre una embarcación a la deriva. A bordo, las promesas de una civilización rica y poderosa, desconocida por Roma. Bajo las órdenes de Marcus Livius, una fabulosa expedición compuesta por diez legionarios se adentra en el corazón del África negra en busca de ese imperio misterioso y de las riquezas que puede ocultar...
Curiosamente un argumento parecido al de otro gran título del género con el que nos sorprendió la misma editorial el año pasado, Por el imperio (Diábolo ediciones) de dos de las jóvenes estrellas del cómic francés, Merwan Chabane y Bastien Vivès. Pero ahí terminan todos los parecidos, salvo que nos hayamos ante dos grandes obras del cómic.
Un cómic visualmente espectacular y que promete grandes aventuras no exentas de reflexión, como en los grandes títulos del género. Ha ganado el premio de los libreros a la mejor BD (bande dessinée) y la primera edición está prácticamente agotada.
Una de piratas, como las de Errol Flynn
Barracacuda (Norma Editorial), es el homenaje de uno de los mejores guionistas de cómic histórico, Jean Dufaux (Murena), a La isla del tesoro, de Stevenson y, sobre todo, las películas de piratas de Errol Flynn "Le debo mucho al señor Flynn, gracias a él conocí los sombreros emplumados, el embriagador horizonte sin fin, la impertinencia burlona y la ironía ardiente", asegura el autor.
Un intento del guionista de regresar a los clásicos tras los excesos de películas como la saga de Piratas del Caribe. Por eso Dufaux tomó una arriesgada decisión: "Moví la cámara en la dirección opuesta. En lugar de enfocarla hacia el mar, la enfoqué hacia tierra". Y allí, en una isla infestada de piratas, Dufaux nos cuenta las aventuras de tres jóvenes con una sola idea en la cabeza: "sobrevivir".
No faltan los imprescindibles abordajes y peleas de espada, en la mejor tradición del género. Y para eso nada mejor que contar con un dibujante que es capaz de reflejar toda la espectacularidad de esas escenas a la vez que crear personajes con alma y convincentes, como Jérémy, un joven autor que debuta con este trabajo y que no tardará en hacerse un hueco entre los grandes dibujantes franceses.
Aventuras, amores imposibles, traición, confusión sexual. No falta nada en este cóctel explosivo en el que los tres jóvenes protagonistas, un aprendiz de pirata, un joven noble que se disfraza de chica para no ser asesinado y la hija de una noble española deben sobrevivir mientras los piratas luchan por el legendario diamante Kashar.
'Mezek', aviadores en el joven estado de Israel
Otras dos de las mayores estrellas del cómic francés Yann (El gran duque) y André Juillard (Pluma al viento, Masquerouge) se han unido para contarnos una historia de amor, lealtad y traición en los primeros días del estado de Israel, en 1948. En esa época los judíos son acosados por todos los frentes y solo cuentan con tres pilotos nacidos en suelo hebreo, por lo que movilizan a voluntarios judíos idealistas, provenientes de todo el mundo pero también a pilotos mercenarios sin escrúpulos, preocupados solo por ganar dinero y con un pasado más que dudoso.
El protagonista, Björn, es uno de estos pilotos, un sueco que no solo combate por las primas sino para purgar errores de su pasado.
Como era de esperar, el arte de Juillard nos depara espectaculares escenas de combates aéreos pero también una solvente reconstrucción de época, y un perfecto retrato de personajes. Destaca su habitual rigurosidad a la hora de dibujar aviones, uniformes y paisajes. Es un lujo contar con un dibujante como este que engrandece todas las historias a las que presta su arte.
Un cómic en el que tampoco faltan conflictos religiosos ni misterios (en la figura de un supuesto saboteador que provoca numerosos accidentes aéreos y cuya identidad tendrá que ser revelada por nuestro protagonista)
Así que, si queréis explorar nuevos territorios africanos al mando de una legión romana, buscar un tesoro pirata en una isla del Caribe o combatir en los cielos del joven estado de Israel, sólo tenéis que dejaros seducir por estos estupendos cómics que nos devuelven el amor por la aventura.