Más de 200 personas han sido detenidas este miércoles durante una gran operción de Scotland Yard contra las bandas de jóvenes que actúan en Londres y tuvieron un papel protagonista en los disturbios registrados el pasado agosto.
En la operación han intervenido más de 1.300 agentes que han llevado a cabo unas 300 redadas coordinadas en toda la capital británica. En esta gran ofensiva lanzada por el nuevo jefe de Scotland Yard, el Comisario Bernard Hogan-Howe, se ha incautado “una cantidad significativa” de cocaína, al menos un kilo de heroína, cannabis, y cerca de 34.000 libras (unos 41.000 euros) según han manifestado las autoridades mediante un informe citado por Afp.
Nueva unidad contra el crimen organizado
Estas operaciones se han llevado a cabo bajo la dirección de una nueva unidad creada especialmente para luchar contra las bandas callejeras criminales que, según la BBC, incluye 19 unidades específicas, incluida una para la comunidad negra.
Al menos 19 ciudades, entre ellas Londres, la más afectada por esta delincuencia, han especializado a sus fuerzas de seguridad para luchar contra ellas.
"Es un gran paso adelante en la forma de luchar contra la delincuencia de las pandillas", ha manifestado el Comisario Bernard Hogan-Howe, que prometió una "guerra total contra la delincuencia" cuando tomó las riendas uno de la policía del mundo más famoso, apunta la misma agencia.
Según Scotland Yard, alrededor de 250 bandas, entre ellas 62 especialmente peligrosas, tienen su teatro de operaciones en Londres. Están involucrados en tráfico de drogas y armas o especializados en la violencia y el robo. Están formadas por unas 4.800 personas que son "responsables de aproximadamente el 22% de los graves actos de violencia, 17% de los robos, el 50% de los crímenes con armas de fuego y el 14% de las violaciones" en la capital, informa Afp.
Los disturbios de este verano
Estas bandas han sido señaladas especialmente por el Gobierno conservador, como las responsables de los disturbios registrados en agosto en varias ciudades, los más graves que en los últimos 30 años ha vivido el Reino Unido.
Sin embargo, este enfoque fuertemente coercitivo, que durante los disturbios se tradujo en más de 3.500 arrestos y condenas con penas muy graves para los manifestantes, fue recibido con cierto escepticismo por la oposición y las asociaciones, quienes acusaron al Gobierno de no querer tener en cuenta los componentes sociales de aquellas protestas.
El pasado septiembre, la ministro del Interior, Theresa May admitió que "la mayoría de los manifestantes" no parecían pertenecer a estas pandillas.
En este contexto político, el Comisionado de Hogan-Howe, que goza de una reputación como un "tipo duro", se ha convertido en el hombre para el trabajo con un "nuevo enfoque" contra las pandillas, después de la dimisión de su predecesor, Paul Stephenson.
Este último se vio obligado a dimitir debido a las críticas sobre la falta de capacidad de respuesta de la policía, abrumada ante los amotinados.