El Palacio de la Moncloa se prepara para recibir a sus nuevos inquilinos. El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapateroy anoche ya durmió fuera de la que ha sido su residencia durante ocho años y que ahora acogerá a Mariano Rajoy y su familia.
La mudanza ya está hecha, aunque el próximo presidente del Gobierno no tiene intención de trasladarse con su familia hasta después de las fiestas navideñas, según informa la agencia Efe.
En un principio, Mariano Rajoy y su mujer, Elvira Fernández, habían dejado intuir que su deseo era continuar con sus dos hijos en su casa de Aravaca, a las afueras de Madrid, y no trasladarse al Palacio de La Moncloa, pero no hay duda de que se mudarán a la residencia presidencial por motivos de seguridad.
Los sucesivos inquilinos de la zona residencial del Palacio han imprimido su estilo y personalidad en la estructura y decoración en la vivienda y Rajoy y Viri, tendrán que decidir si son de su agrado las últimas reformas realizadas que, en buena parte, tienen la huella de la mujer de Zapatero, Sonsoles Espinosa, que quiso imprimir un tono más moderno y funcional al clasicismo que imperaba cuando ella llegó.
Sin embargo, los que conocen a la pareja, han asegurado que ni Rajoy ni su esposa tienen intención de acometer demasiados cambios, sobre todo porque desean que la mudanza trastorne lo menos posible la vida de sus hijos, la principal preocupación de Elvira.
Navidades en Pontevedra
Aunque la compañía de escoltas se hará casi una constante en la vida diaria de la familia Rajoy-Fernández, los hijos de ambos, Mariano y Juan, seguirán asistiendo al mismo colegio al que van ahora y haciendo casi las mismas actividades, como los habituales partidos de fútbol del mayor los domingos por la mañana.
Al parecer, Mariano, el primogénito, tiene muy asumido que su padre es el presidente del Gobierno, pero esa sensación no es igual en Juan, el pequeño.
De hecho, el mayor, que ha pasado hace poco los diez años, estuvo un rato con su madre viendo el debate televisado de Rajoy con Alfredo Pérez Rubalcaba de la campaña electoral, y tal y como su padre dijo días después en conversación informal con los periodistas parece que vivió con emoción los primeros compases del duelo. Salvo, quizá, su extrañeza inicial por no encontrarse como contrincante de su padre a José Luis Rodríguez Zapatero.
Antes de aterrizar en la nueva residencia, la familia de Rajoy buscará la tranquilidad en tierras pontevedresas, donde pasarán las fiestas navideñas rodeados de familia y de amigos. El futuro jefe del Gobierno se unirá a ellos cuando su nuevo puesto se lo permita, si bien no parece que la estancia en su Pontevedra natal resulte muy larga.
Una vez investido presidente este martes, Rajoy jurará este miércoles el cargo ante el Rey y desvelará el nombre de los integrantes del Gobierno para convocar el viernes en la Moncloa la primera reunión de su Consejo de ministros, el pistolezo de salida para empezar a trabajar formalmente en los objetivos que ha marcado el líder 'popular' en su discurso de investidura.
De La Moncloa a Somosaguas
Y mientras Rajoy da la bienvenida a una actividad frenética, Zapatero se despide esta noche de sus ministros con una cena. De esta forma, inicia el abandono de la primera línea política hasta que en febrero, tras el Congreso Federal del PSOE, pase el testigo al nuevo secretario general.
La idea inicial de Zapatero era trasladarse con su esposa y sus hijas, Alba y Laura, a León, donde residieron hasta el año 2000, cuando fue elegido secretario general del PSOE, pero al final no ha querido imponer su voluntad a la de sus dos hijas, que cursan estudios en Madrid y no deseaban abandonar a sus amigos.
"Se lo debía", ha comentado a su entorno al recordar que su familia le ha acompañado a él en sus obligaciones como jefe del Ejecutivo y que sus dos hijas han pasado parte de su niñez y su adolescencia en el particular entorno de La Moncloa.
La decisión de consenso fue adoptada a última hora, y en poco tiempo han encontrado una casa de alquiler en Somosaguas, a las afueras de Madrid, un zona residencial en la que se ubican numerosas viviendas de lujo, lo que ha valido algunas críticas.
Pero Rodríguez Zapatero ya no está en esas batallas y ha explicado que, como expresidente, fue necesario buscar un entorno que garantizara seguridad y tranquilidad a la familia, a la que ahora se podrá dedicar plenamente tras ocho años de servicio al Gobierno de España.