La Comisión Independiente de Quejas a la Policía (IPCC) británica ha exculpado al excomisario jefe de Scotland Yard Paul Stephenson de haber incurrido en malas prácticas durante la investigación de las escuchas ilegales del periódico "News of The World". Sin embargo, su número 2, John Yates, será objeto de una investigación por separado.
La IPCC no ha hallado "ninguna evidencia" de que Stephenson cometiera actos delictivos durante la investigación policial del escándalo, cerrada en 2007 con la detención de dos personas.
El pasado 17 de julio, Stephenson ha presentado su dimisión por sus vínculos con un periodista del tabloide de Rupert Murdoch que fue posteriormente detenido en la investigación de los pinchazos telefónicos del periódico y después de que se publicase que no pagó la cuenta de una costosa estancia en un balneario. Al día siguiente, renunció a su cargo Yates.
Stephenson, que ha asegurado renunciar para mantener su "dignidad", había sido criticado por contratar como consultor de la policía a Neil Wallis, exsubdirector del tabloide sensacionalista, durante la época en que Scotland Yard no llegó al fondo de la investigación de los sobornos y pinchazos telefónicos del "News of the World".
Ante la conclusión alcanzada por la IPCC, Stephenson ha dicho que se trata del resultado que "esperaba" y que lamenta que esto haya costado dinero al erario público.
Cameron habla de nuevo sobre el caso de las escuchas
El primer ministro británico, David Cameron, se ha visto obligado este miércoles a responder sobre el caso de las escuchas después de que nuevas pruebas divulgadas el pasado martes apuntaran a que esa práctica fue consentida por su exdirector de comunicaciones y exdirector del tabloide Andy Coulson.
Cameron ha reiterado en una visita al condado de Cheshire que habría adoptado "decisiones diferentes" de haber sabido lo que sabe ahora con relación al nombramiento de coulson.
El escándalo de las escuchas ilegales del "News of the World" estalló en 2007 al conocerse que el móvil del príncipe Guillermo de Inglaterra fue espiado, pero se recrudeció hace un mes, cuando se denunció que también fueron intervenidos los teléfonos de familiares de víctimas de asesinatos y soldados de muertos en combate.