Amnistía Internacional (AI) ha hecho un llamamiento a Naciones Unidas para que la Corte Penal Internacional investigue la represión de las fuerzas de seguridad contra las protestas populares en la ciudad de Tel Kelakh, a las que acusa de cometer crímenes contra la humanidad en un informe.
Según las conclusiones derivadas de este documento, hasta nueve personas murieron cuando estaban detenidas durante la operación en esa ciudad, situada en una zona fronteriza con Líbano.
"Amnistía Internacional considera que los crímenes cometidos en Tel Kalakh representan crímenes contra la humanidad, ya que parecen ser parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil", establece el informe.
Decenas de detenciones
Tel Kelakh fue uno de pueblos y ciudades de todo el país en los que Al Assad envió tropas para aplastar las revueltas contra su gobierno que han durado 14 semanas.
Durante esa operación, decenas de hombres fueron detenidos arbitrariamente y torturados, incluyendo a personas heridos, como respuesta a las manifestaciones mayoritariamente pacíficas en contra del presidente Bashar al-Assad, añade el documento, según Reuters.
“Los testimonios sobre lo ocurrido en Tel Kalakh presentan un panorama sumamente preocupante de abusos sistemáticos con el objetivo de aplastar a la disidencia” ha comentado Philip Luther, director adjunto del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de la ONG.
“ La mayoría de los crímenes denunciado en este informe caen bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, pero es necesario que el Consejo de Seguridad de la ONU remita primero al fiscal de la Corte la situación de Siria”, ha añadido.
Según Amnistía, el mismo día que comenzó la operación, el pasado 14 de mayo, al menos una persona murió de un disparo y decenas de hombres fueron detenidos y torturados.
Cuerpos torturados
También cita testigos que aseguran que los cuerpos de los fallecidos bajo la detención de las autoridades mostraban signos de torturas, incluyendo cortes en el pecho, golpes en los brazos y disparos.
Según algunos activistas sirios, las fuerzas de seguridad han matado ya a más de 1.300 civiles durante los disturbios, una cifra difícilmente verificable ya que el régimen ha impedido la entrada de los medios internacionales.