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"No he notado ningún ahorro en el consumo de gasoil en mi furgoneta"

  • Los conductores no comparten los cambios en los límites de velocidad

  • Durante cuatro meses, se han ahorrado 450 millones, según el Gobierno

  • El cambio de velocidad coincide con el inicio de la Operación Salida

SANTIAGO SÁNCHEZ MARTÍN
4 min.

Las autovías y autopistas españolas han amanecido como si cuatro meses no hubieran pasado por ellas. Los límites de velocidad vuelven a 120 kilómetros por hora, sin que los conductores entiendan muy bien qué ha cambiado ahora ni qué había cambiado en marzo.

Según explicó el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, el precio del combustible estaba muy alto y la previsión era que creciera, ahora el precio ha bajado lo suficiente para volver a una velocidad de 120 kilómetros hora que el director de la DGT, Pere Navarro, considera de "equilibrio" entre movilidad, eficiencia, infraestructuras, consumo y otros factores.

Juan Carlos, trabajador de una empresa de reformas, no sabían si quiera que este uno de julio cambiaba la velocidad para las vías más rápidas, preguntaba incluso "¿a cuánto?". Asegura que en este tiempo no había notado "ningún ahorro en el consumo" con la furgoneta del trabajo.

Sin embargo, el Ministerio de Fomento ha calculado que el ahorro se sitúa en más de 449 millones de euros, y los costes de los dos cambios de señalización entorno a los 470.000 euros.

La opinión generalizada es que el cambio es una decisión política. David, que conduce un Audi A3, repostaba este viernes en una estación de servicio de la carretera de Extremadura a 20 kilómetros de Madrid. Viene desde Navalcarnero. Considera que el cambio de velocidad "era absurdo, un brindis al sol, una medida sin justificación".

El cambio de velocidad "era absurdo, un brindis al sol, una medida sin justificación".

David es muy crítico con la medida de ahorro y pone enfásis en los 240.000 euros que ha supuesto la modificación de la señales ahora y en marzo. Asegura que sus hábitos de conducción no han cambiado, "porque apenas hay diferencia".

"Pendiente de los radares"

Para José Tomás Martínez, que inicia este viernes sus vacaciones, la gran ventaja del cambio actual "es que se relajará la psicosis de estar tan pendiente de los radares". No entendía demasiado el cambio, aunque asegura que en su día a día se ve afectado especialmente por la carretera de circunvalación madrileña M-40, donde el límite se ha mantenido a 100 kilómetros por hora.

"Se relajará la psicosis de estar tan pendiente de los radares"

El viaje hasta Denia que esta mañana estaba arrancando, como se calcula que hagan 4 millones de españoles en la Operación Salida de vacaciones, espera que se le haga menos pesado al volante que el que hizo en Semana Santa. "Tan despacio, uno se desentiende un poco", concluye.

Otros como Santos, que conduce un camión de gran tonelaje, dice que sí se vio que," al principio, la gente no pisaba por la carretera". Pero útlimamente "a mí me ha adelantado gente mucho más allá del límite". Para él, el cambio de velocidad no tiene efecto, porque por el volumen del camión ya tiene fijado el límite por debajo de los 120.

Conductores como David Martos consideran que si el cambio de velocidad se esperaba que repercutiera en el ahorro tenía que haberse hecho extensible a otras vías donde hay más tráfico, como dentro de las ciudades. Cree que no se hizo "porque sería impopular"

"Incluso se pudiera ir más rápido"

Mari Paz calcula que conduce unos 150 kilómetros al día, un tercio de ellos por autovía. Se muestra "encantanda" de que el límite vuelva a 120, pero le gustaría "que incluso se pudiera ir más rápido".

Para ella la reducción era perjudicial para los que más utilizan el coche, "al contrario de lo que debería ser". Considera que son ellos los que más gastan en combustible y los que más contaminan. Asegura que "con un coche potente se consumía más, porque hay que retener el motor".

Como Mari Paz los clubes de automovilistas han aplaudido el incremento del límite de velocidad. En el lado opuesto, las asociones ecologistas y las de víctimas de accidentes de tráfico pedían que se mantuviera el límite en 110 kilómetros por hora.

Alfredo Pérez Rubalcaba admitió que en el seno del Consejo de Ministros también hubo "un fuerte debate" previamente a decidir que no sé prorrogaba la reducción de la velocidad máxima en autovías y autopistas. Aseguran que la disensión se daba entre los que tienen más perfil político, que defendían que dado que la reducción de la velocidad se deba por el precio del combustible y este había bajado había que cumplir, y los de perfil económico, que sostenían que se ahorraba efectivamente y que sería bueno mantenerlo, dada la situación económica .

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