El petróleo aporta casi la mitad del consumo energético total en España (un 48,4%), lo que le convierte en el octavo país de la Unión Europea más dependiente del oro negro. Ese porcentaje supera en casi 12 puntos la media europea, que se sitúa en un 36,6%, según datos de la oficina estadística europea Eurostat.
Según esas cifras, el petróleo y sus derivados siguen siendo la principal fuente de energía primaria en la UE con una proporción del 36,6% de media sobre el consumo energético total.
Esa dependencia se ha reducido a lo largo de la última década, ya que en 1999 todavía se alcanzaba un 39,2%. Por detrás del crudo está el gas, con un 24,5%, seguido por los combustibles sólidos -con un 15,7%-, la energía nuclear -con un 13,6%- y las energías renovables, con un 9,0%.
Las diferencias en la aportación del petróleo al consumo energético en la UE son muy grandes. El país más dependiente es Malta, que cubre todo su consumo energético con petróleo. Detrás aparecen Chipre (95,7%), Luxemburgo (casi un 63%) y Grecia (más del 55%).
En Irlanda y Portugal, el petróleo supone todavía más del 50% del consumo energético total como fuente de energía primaria.
España ha reducido más de 5 puntos en 10 años
España ha logrado reducir en más de cinco puntos porcentuales la elevada contribución del petróleo al consumo energético interno, pero la cifra actual (48,4%) sigue siendo una de las más altas de los Veintisiete.
Bélgica, Italia, Países Bajos y Dinamarca se sitúan en una franja entre 40% y 43%. Austria (39,6%) y Eslovenia (37,3%) también superan levemente la media de la UE.
Reino Unido (36%), Alemania (34,7%) y Francia (33,7%) figuran a poca distancia del promedio, mientras que Lituania y Letonia ya se quedan en torno al 30%, al igual que Finlandia. Por debajo de ese nivel quedan Bulgaria y Rumanía (25%) y Polonia (26%).
Los países que menos utilizan el petróleo como fuente de energía primaria son la República Checa, Eslovaquia y Estonia.