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El presidente de Yemen insiste en que renunciará al poder pero de forma pacífica

  • En una entrevista asegura que quiere conducir al país a puerto seguro

  • Pero no acepta que sea a través de un golpe de estado 

EFE
3 min.

El presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, ha insistido en su disposición a renunciar al poder, pero de una manera pacífica y sin permitir que se extienda el caos, en una entrevista difundida este domingo por la página web del canal de televisión emiratí Al Arabiya.

"No tengo ningún problema (para renunciar al poder) ni insisto en él. Soy responsable de la seguridad del país y debo conducirlo a puerto seguro", insistió Saleh que negó las informaciones difundidas por varios medios sobre una supuesta salida del poder en 60 días.

No tengo ningún problema en renunciar al poder

El presidente yemení instó a la oposición al diálogo para una transición "del poder de una manera pacífica al pueblo".

"El pueblo es quien elige y si los elige (a los opositores), le damos la bienvenida, pero mediante los golpes (de estado), no", añadió Saleh.

En la entrevista, difundida anoche por el canal emiratí, el presidente denunció que cada vez que su país presenta una iniciativa la oposición "sube el techo de sus peticiones".

Asimismo,  ha criticado a los grupos opositores porque según él, quieren llevar el país "a lo desconocido y al caos", y calificó sus acciones y reacciones de "incorrectas".

Saleh, que ha sostenido que la oposición representa sólo un 2,5% de la población del país, se preguntó: "¿Cómo puede ser que la minoría retuerza la mano de la mayoría?" y ha añadido que esta situación era "inaceptable".

¿Cómo puede ser que la minoría retuerza la mano de la mayoría?

"Ellos (los grupos opositores) quieren la renuncia del poder de manera inmediata. No tenemos ningún problema con la renuncia al poder. ¿A quién, para quién? (...) ellos tienen sus peticiones y nosotros insistimos en nuestra visión", reiteró.

Saleh entregará el poder "al pueblo no al caos"

Saleh ha agregado que quería entregar el poder "al pueblo y no al caos. El pueblo tiene un interés verdadero por la revolución, es la fuente del poder y su propietario".

También ha asegurado que no va a renunciar a la jefatura de su partido ni va a buscar "una vivienda en Yeda, ni en París, ni en Europa".

"Si salgo del poder, saldré con la cabeza alta", ha afirmado.

Saleh está siendo sometido a una fuerte presión política de la oposición que exige su renuncia, en unas protestas que comenzaron al calor de las revueltas de Túnez y Egipto,  y que han causado decenas de muertos.

Sábado de protestas en el mundo árabe. En Bahréin las protestas han continuado, exigen la salida del Gobierno. La Policía ha sustituido al ejército y ha tomado la calle con violencia. La ola revolucionaria contra el poder establecido no cesa tampoco en Yemen o en Libia, donde Human Wright Watch habla de al menos 84 muertos.

El pasado 22 de marzo, Saleh se ha mostrado dispuesto a abandonar el poder antes de fin de año y después de que se celebren elecciones parlamentarias con el fin de garantizar "un traspaso constitucional".

Saleh está al frente de Yemen desde la reunificación entre el Norte y el Sur del país el 22 de mayo de 1990.

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