El presunto cabecilla de la trama de corrupción Gürtel, Francisco Correa, ha sido dado de alta, este lunes después de que fuera ingresado en la unidad coronaria del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, tras haber sufrido un amago de infarto.
Tras su paso por el hospital, ha reingresado en la prisión de Soto del Real, según han informado Instituciones Penitenciarias.
El cerebro del caso Gürtel ha estado ingresado unas 24 horas, después de haber sido trasladado en la tarde del domingo.
Correa, que permanece en la prisión de Soto del Real (Madrid) desde hace dos años cuando fue detenido, empezó a encontrarse mal a media tarde. Tras ser atendido por los médicos de la cárcel y ante los síntomas que presentaba, se decidió su traslado al Hospital Gregorio Marañón.
Por su parte, el abogado de Correa, José Antonio Choclán, explicó que se enteró de la hospitalización de su cliente este lunes por la mañana cuando ha acudido a visitarle a la prisión de Soto del Real.
El juez instructor del caso Gürtel en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), Antonio Pedreira, acordó el pasado viernes prorrogar por dos años más la prisión provisional a Francisco Correa.
Al presunto número dos, Pablo Crespo, le ha rebajado la fianza a 600.000 euros.
El magistrado accedió a la petición de la Fiscalía ya que "la existencia de un riesgo objetivo de fuga existió desde el primer momento y continúa manteniéndose en la actualidad".
Francisco Correa, que está imputado por cohecho, tráfico de influencias, fraude fiscal, asociación ilícita, blanqueo de capitales y falsedad documental, ha tenido problemas de ansiedad tras su ingreso en prisión en febrero de 2009.
La defensa había alegado problemas de ansiedad
La defensa de Francisco Correa había alegado los problemas de ansiedad del presunto cabecilla de la trama Gürtel para lograr su puesta en libertad, pero el juez Antonio Pedreira rechazó este argumento en la misma línea que hizo la Fiscalía.
"Únicamente padece una crisis de ansiedad propia de la privación provisional de libertad general a todo preso preventivo y que puede ser tratada adecuadamente en el medio penitenciario".
El instructor asegura en esta línea que "la pretensión de la defensa de Correa debe ser desestimada desde el terreno de la objetividad y no del dramatismo, ni de la retórica trasnochada, ni de la descalificación".