Los alimentos están más caros que nunca. En enero, el índice de la FAO para los precios de los alimentos básicos ha aumentado el 3,4% respecto a diciembre. Se trata del nivel más alto desde 1990, año en que esta Organización de las Naciones Unidas comenzó a medir el precio de los alimentos. Es probable que los precios sigan fluctuando, según apunta esta institución. Todos los alimentos subieron excepto la carne.
El contratiempo es doble: precios altos de los alimentos y desaceleración económica. Los países con bajos ingresos y alta dependencia de la importación alimenticia pueden tener dificultades para financiar esta transacción. Lo mismo ocurre con las familias con bajos ingresos que destinan buena parte de su presupuesto a la alimentación.
Esto ha empujado a otros 115 millones de personas hacia la pobreza y el hambre. En 2009, el número total de personas hambrientas en el mundo alcanzó el millar de millones. Pese a la crisis, el año pasado se rebajó en un 10% el número de hambrientos colocando el listo por debajo de los 1.000 millones de personas, en concreto en 925 millones.
Pero de julio a septiembre de 2010 el precio del trigo aumentó entre un 60 y un 80%. La sequía en Rusia y la posterior prohibición de las exportaciones de la Federación Rusa están en el centro del incremento del precio. Además, los precios del arroz, del maíz, el azúcar, los aceites y las grasas también han subido durante ese período.