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Y volvemos en Año Nuevo a Viena

  • El concierto de la Filarmónica se ha convertido en un fenómeno mediático mundial

  • Es un espectáculo milemétricamente estudiado y ensayado que data de 1941

ANA VEGA TOSCANO (DIR. RADIO CLÁSICA)
5 min.

Nos parece ya imposible iniciar un nuevo año con otro ritmo que no sea el del vals o la polka: algo faltaría en la celebración si la mañana del primer día del año no se cerrara con la música de la dinastía Strauss y sus contemporáneos, y las cuidadas imágenes de la Grosser Saal del Musikverein de Viena.

Como manda la tradición, de nuevo este año RTVE ofrece un concierto que se ha convertido en un fenómeno mediático de alcance mundial, y que recrea la alegre elegancia de la Viena Imperial.

Tiene millones de espectadores en todo el mundo, muchos de los cuales es la única vez en el año que oyen de manera consciente un repertorio del entorno de la llamada "música clásica", y todos esperan una serie de tradiciones que marcan año tras año el acontecer del concierto. Sabemos que tras el programa oficial y la primera propina la orquesta en pleno nos felicitará el año, para pasar a interpretar "El Danubio Azul" de Johann Strauss hijo, y cerrar con la "Marcha Radtezky", de Strauss padre, no sin antes darse la vuelta el director hacia la sala y dirigir algunos compases al público, que da palmas.

Menos mal que el compás binario de las marchas es sencillito y no hace falta que los espectadores tengan ninguna cualificación especial, así es que nada deben de temer los que han tenido la suerte de poder conseguir entradas, pues la verdad es que uno de los aspectos más curiosos de la historia de este famosísimo "Neujahrskonzert" de la Orquesta Filarmónica de Viena es el periplo que pasan sus espectadores para conseguir estar en la sala ese día, con unas entradas cuyo precio oficial oscila entre 30 y 940 euros.

Algo más barato es asistir al concierto de San Silvestre, el día 31 a las 19.30, o al ensayo general, que es el 30 a las 11 de la mañana, pero tampoco es nada fácil lograrlo. Eso sí, en todos los casos el público presencia el mismo espectáculo, milimétricamente estudiado y ensayado, en el que no cabe la más mínima improvisación.

Las batutas más famosas

Probablemente cuando Clemens Krauss (1893-1954) dirigió en 1941 el primer Concierto de Año Nuevo en sentido estricto poco imaginaría el enorme éxito mundial que acabaría teniendo la iniciativa.

En realidad en 1939 el propio Clemens había realizado ya un primer concierto de las mismas características, pero sólo en el día de San Silvestre, en lo que fue ya un primer paso que a partir del 41 continuó todos los años hasta hoy. Clemens lo dirigió desde entonces hasta el 54, salvo en 1946 y 1947, que tuvo que ser sustituido por Josef Krips (1902-1974), mientras era investigado por su posible colaboración con el nazismo.

Ambos directores eran vieneses y perfectos conocedores de la ciudad y de la tradición musical del mundo de los Strauss, como también lo era Willy Boskovsky (1909-1991), el sucesor en la dirección del concierto tras la muerte de Clemens. Boskovsky fue el concertino de la Filarmónica desde 1936 hasta su jubilación en 1979, y dirigió el concierto de Año Nuevo desde 1954 hasta 1979, por cierto con el estilo del Vorgeiger que era característico del propio Strauss cuando dirigía en sus conciertos, es decir, al frente de la orquesta pero con su violín en la mano.

Tras él una gran estrella internacional de la dirección, Lorin Maazel, estuvo en el podio entre 1980 y 1986, y a partir de 1987 con la realidad de que el concierto se había transformado ya en un evento comercial imparable, dejó de haber un director fijo para cambiar cada año con distintas figuras de renombre, que han ido teniendo más o menos gracia a la hora de enfrentarse al reto.

En esta ocasión el elegido es Franz Welser-Möst, quizás no tan conocido como otros grandes nombres, pero del que subrayan con mucho entusiasmo desde la Filarmónica que es el quinto director austríaco (aunque no vienés) que dirige el concierto a lo largo de su historia.

Emisión en más de 70 países

En 1959 la televisión pública de Austria emitía por primera vez el concierto, que a través de la Unión Europea de Radiotelevisión lleva en la actualidad la música desde el Musikverein de Viena al público de más de 70 países.

Televisión Española lo emitió por primera vez en directo en el año 1964, pero recordemos que hasta el 2000 sólo se ofrecía la segunda parte del concierto, que en la radio sí se podía escuchar entero. Ahora podemos seguirlo de forma íntegra por radio y televisión, que desde el año pasado inició la transmisión en HD.

Así este 2011 TVE lo ofrece ya por primera vez en Alta Definición, en una edición donde por cierto España va a tener protagonismo especial gracias a tres obras escogidas que representan la fascinación que nuestro país y su música ejercieron sobre los Strauss y sus contemporáneos.

También se recordará el bicentenario del nacimiento del húngaro Franz Liszt, ya que cada edición busca tener elementos propios que la distingan dentro de esa tradición repetitiva que a la vez sigue escrupulosamente.

Este año, la realización de este gran acontecimiento televisivo corre a cargo de Brian Large, con un guión y una planificación igualmente estudiada y ensayada al máximo.

De todos estos y muchos otros detalles nos vamos a enterar a la perfección, porque un año más desde RTVE contamos con José Luis Pérez de Arteaga, maestro de ceremonias ideal que lleva años acercándonos a este acontecimiento que conoce como pocos.

Así podremos empezar el 2011 con la seguridad que da la tradición, siempre renovada pero siempre mantenida.

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