El Tribunal Supremo de Cuba ha conmutado la última pena de muerte que seguía pendiendo sobre un preso en la isla, la de Humberto Eladio Real Suárez encarcelado desde 1994 por una rebelión armada y que cumplirá finalmente una condena de 30 años, han informado activistas de los derechos humanos en la isla.
El régimen declaró oficialmente una moratoria sobre la pena de muerte en el año 2000, aunque ejecutó a tres personas en la oleada represiva del 2003, la llamada Primavera Negra, por el secuestro de una embarcación.
Poco después de llegar a la presidencia en sustitución de su hermano Fidel, Raúl Castro conmutó en el 2008 otra treintena de penas capitales, informa AFP. Y sólo quedaban por revisar las condenas a muerte de Humberto Real y de dos ciudadanos salvadoreños, acusados de diversos atentados en los años 90.
Estos últimos ya obtuvieron a principios de este mes de diciembre la conmutación de sus penas por condenas de 30 años.
'Comando' procedente de EE.UU.
El último caso revisado ha sido el de Humberto Real, que fue detenido en octubre de 1994 tras desembarcar en la isla procedente de Estados Unidos en una expedición armada, que provocó la muerte de un civil. Fue condenado por perpetrar "actos contra la seguridad del estado y asesinato”.
Según la presa oficial, los miembros de esa expedición reconocieron su intención de formar una guerrilla para desestabilizar el país.
La vista de apelación ha terminado este martes en la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Supremo Popular, en La Habana, según han informado los familiares del reo a la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Avances y asuntos pendientes
El portavoz de esta organización ilegal pero tolerada por el régimen, Elizardo Sánchez, ha mostrado su “alivio” por la noticia, pero ha instado al Gobierno a que reafirme su condición de abolicionista en relación con la pena de muerte, tras recordar que el Código Penal cubano mantiene esa posibilidad.
La fuente ha precisado que después del juicio, Real Suárez fue devuelto a la prisión de Camagüey donde ha estado cumpliendo su condena los últimos 16 años.
Estos movimientos se suman a la liberación de presos políticos emprendida por La Habana a partir de julio tras una mediación de la Iglesia Católica y el Gobierno español.
El régimen se comprometió entonces a liberar en el plazo de cuatro meses a los 52 presos que permanecían encarcelados del llamado grupo de los 75, el grupo de represaliados en la Primavera Negra del 2003.
Hasta ahora han sido liberados 40, tras aceptar su expatriación, y sólo uno con permiso para quedarse en la isla "por razones humanitarias", pero los 11 restantes que se niegan al exilio siguen esperando su excarcelación cumplido el plazo acordado, informa Efe.
Además, las autoridades han puesto en libertad o están a punto de hacerlo a otros 16 presos políticos que no pertencían a ese grupo, todos con destino inicial a España.