Irán ha logrado la autosuficiencia en la producción de polvo de óxido de uranio concentrado (torta amarilla), esencial para el enriquecimiento y la generación del combustible nuclear que se usa en las plantas atómicas.
"Hace unos instantes ha sido llevado desde la fábrica de Bander Abbas e introducido en la planta de Isfahan. A partir de ahora, Irán ya no tendrá problemas en el suministro de urania (torta amarilla)", ha señalado este domingo el director del Organismo iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehí, citado por la prensa estatal.
Según el responsable iraní, el óxido de uranio concentrado procede de las minas de Qachin, que están situadas cerca del puerto de Bander Abas, en la costa meridional iraní del golfo Pérsico.
"Los occidentales confiaban en que tuviéramos problemas con el abastecimiento de materia prima, pero hoy hemos enviado el primer lote de polvo concentrado de uranio procedente de las minas de Gachin", subrayó.
Salehí insistió en que hasta la fecha, la "urania" utilizada por Irán en su proceso de enriquecimiento "procedía" del exterior, pero que a partir de ahora su país será autosuficiente.
Una vez procesado en centrifugadoras por separación isotópica, el citado polvo se puede convertir en hexafluoruro de uranio (UF6), vital en el proceso de enriquecimiento pero también en el desarrollo de armas atómicas.
El anuncio se produce apenas 24 horas antes de que Irán y el denominado grupo 5+1 -integrado por los cinco países miembros permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas más Alemania- reanuden en Ginebra el diálogo sobre el controvertido programa nuclear iraní.
Occidente sospecha que teherán oculta un programa atómico militar
Gran parte de la comunidad internacional, con EEUU e Israel a la cabeza, acusa a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de carácter clandestino y objetivos militares cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal atómico, alegación que Teherán rechaza.
La negociación quedó rota en noviembre de 2009 después de que el régimen iraní desestimara una propuesta de Washington, Moscú y Londres para intercambiar su uranio al 3,5 por ciento por combustible nuclear enriquecido al 20 por ciento para el reactor de investigación que posee en la capital.
En febrero de este año, Irán desoyó las advertencias de la comunidad internacional y comenzó a enriquecer uranio al 20 por ciento, lo que llevó a que en junio pasado el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le impusiera nuevas sanciones.
Un mes antes, Irán, Brasil y Turquía sellaron un documento conjunto en el que recuperaban ese intercambio, aunque con otras condiciones, acuerdo que Teherán desea ahora que se convierta en uno de los pilares de la negociación.
Irán no se muestra proclive a negociar
El régimen iraní ha insistido esta semana, no obstante, en que en ningún caso negociará lo que considera sus "derechos inalienables", entre los que incluye el conflictivo proceso de enriquecimiento de uranio.
Además, pretende que el diálogo se amplíe a cuestiones que considera "claves" de la escena internacional como el terrorismo, el narcotráfico, la crisis regional, la seguridad energética y la polémica de las armas de destrucción masiva, a lo que se oponen las grandes potencias.
El nuevo avance de Irán en el terreno nuclear sale a la luz apenas una semana después de que un científico atómico iraní muriese y otro resultara herido en un doble atentado perpetrado en el norte de Teherán.
El régimen iraní ha acusado del mismo a los servicios secretos de Estados Unidos, Israel y el Reino Unido, ha denunciado que la ONU envía a su territorio a espías camuflados de inspectores y ha subrayado que nada servirá para detener su programa nuclear.