El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, acudirá este jueves al Congreso de los Diputados para realizar una comparecencia monográfica sobre empleo con la intención de explicar una vez más las medidas que ha puesto y pondrá en marcha el Gobierno para frenar una tasa de paro que se ha situado cerca del 20% (19,7%), a pesar de la ligera creación de empleo de los últimos trimestres.
Zapatero tratará de mandar un mensaje de tranquilidad a los más de 4 millones de parados, pese a que sus perspectivas resultan poco halagüeñas. Según datos del ejecutivo, todo apunta a que la tasa de desempleo cerrará el 2010 en un 19,8% y se mantendrá por encima del 19% en 2011. No será hasta el año 2012 cuando el paro se reduzca hasta el 17,5%.
Esta comparecencia fue solicitada por la Junta de Portavoces del Congreso el pasado mes de septiembre mediante una petición conjunta del PP, CiU y PNV, a la que finalmente se unieron el resto de grupos parlamentarios.
El Pleno se celebrará justo un día después de la votación en el Pleno del Congreso de las enmiendas presentadas por las diferentes fuerzas políticas al proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2011, que han sido finalmente aprobados y donde se ha rechazado descongelar las pensiones para el año que viene.
Reforma de políticas activas de empleo
Zapatero dedicará, previsiblemente, parte de su intervención a preparar el terreno de lo que será la reforma de las políticas activas de empleo, que el Gobierno pretende tener lista para enero o febrero del próximo año.
Uno de los puntos claves de esas reforma será la posiblidad aplicar recortes a las prestaciones a los desempleados que rechacen ofertas de empleo o formación. Hasta el momento, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, se ha comprometido a "activar" a los parados "sin afectar" la magnitud de sus prestaciones.
De acuerdo con un reciente documento elevado al Consejo de Ministros citado por Europa Press, Trabajo ha fijado tres grandes ejes de la reforma: Llevarla a cabo con "una visión a largo plazo", conjugar la competencia normativa del Estado con la competencia de ejecución de las políticas activas de las comunidades autónomas, y combinar la actuación de los servicios públicos de empleo con la de los agentes privados de intermediación.
El Ejecutivo considera que, en el actual punto del ciclo, y cerrada la reforma laboral, es el momento de engrasar la 'máquina' de la formación y la mejora de la empleabilidad de los parados. Por eso, ha circunscrito el diálogo con los agentes sociales y las comunidades autónomas a intentar consensuar esta reforma.
Dialogo social estancado
Sin embargo, desde que el Gobierno decidiera aprobar por decreto la reforma laboral, el diálogo social está aún lejos de reactivarse. La semana pasada, los sindicatos volvieron a advertir a Zapatero de que no están dispuestos a sentarse a negociar si no hay una rectificación en su política económica y revierte la reforma.
UGT y CC.OO. tampoco afrontan con garantías la postergada reforma de la negociación colectiva, un cambio que debe consensuar con la patronal ante del 15 de marzo, plazo máximo que fijó el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez.
Ante la conflictividad abierta entre la partes está por ver si el presidente del Gobierno toma el liderazgo de estas reformas y decide emprenderlas legislando recurriendo al decreto ley una vez más.