Noticias

Ecuador afronta una jornada de "depuración" de los policías, que no tendrán "ni perdón ni olvido"

  • Correa apunta a una conspiración orquestada por el ex presidente Gutiérrez

  • El fiscal inicia una investigación y dimite el responsable de la Policía

  • De la reacción del líder ecuatoriano depende en buena medida su mandato

RTVE.ES / AGENCIAS
4 min.

Ecuador se prepara para una jornada de "depuración" en la que no habrá "ni perdón ni olvido" para los policías rebeldes responsables del "intento de golpe de Estado" contra el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que ha apuntado que la responsabilidad última de la jornada de crisis de este jueves está "fuera de los cuarteles", apuntando directamente a su principal rival político, el ex presidente Lucio Gutierrez.

"No se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro  ejemplo de conspiración", ha declarado Correa en una rueda de prensa tras ser  liberado por militares del hospital en el que permaneció durante casi  todo el jueves retenido por policías sublevados, que protestaban  contra un proyecto de ley que reduce sus beneficios salariales.

La sombra de Gutiérrez

Según Correa, cuando intentó explicarles que les elevó los sueldos "como  nunca antes", las tropas le respondieron "no, eso lo hizo Lucio  (Gutiérrez),  sabiendo bien entonces quiénes estaban en esa  conspiración", ha detallado.

El presidente también ha señalado que las personas  sublevadas que entraron el jueves en las instalaciones de Ecuador TV,  un canal público, con el objetivo de interrumpir las emisiones eran  "bien conocidos allegados a los Gutiérrez".

En declaraciones  desde Brasilia, Lucio Gutiérrez ha descartado que tuviese algo que ver con  la rebelión y responsabilizó al propio jefe de Estado de la crisis.

El fiscal de la Nación, Washington Pesántez, ha subratado, por su parte,  que investigará "la conspiración urdida desde afuera de los cuarteles  oficiales" que llevó a la sublevación.

Por su parte, el miembro del Parlamento Andino Fausto Lupera ha denunciado que personas encapuchadas le secuestraron a punta de pistola el  jueves y le golpearon mientras le increpaban por pertenecer al partido  de Gutiérrez.

Me dijeron que por esta vez me van sólo a patear y  pegar, y que la próxima vez me matarían 

"Me dijeron que por esta vez me van sólo a patear y  pegar, y que la próxima vez ellos me matarían", ha relatado por teléfono  desde el hospital donde se recuperaba de la paliza.

Lo cierto es que el fuerte apoyo internacional logrado por Correa, capitaneado por las naciones de Unasur -que no querían de ninguna manera que se repitiese el caso de Honduras- así como el apoyo ciudadano logrado, sugiere que el presidente podría seguir con normalidad su mandato o incluso salir reforzado.

Una reacción que marcará su mandato

"La forma en la que responda a esta crisis marcará su habilidad para  completar su mandato", advierte el thin tak Euroasia Group respecto a la  reacción del Gobierno ante los disidentes.

Eso sí, tal y como apunta el think tank, estos hechos, que han sido desencadenados en últimas instancia por un intento del Gobierno de adelgazar la burocracia y recortar el gasto público, le puede dejar a Correa menos margen para este ajuste.

Correa tiene el rechazo a sus medidas de algunos de los diputados de su coalición, lo que le había hecho pensar en la disolución de la cámara y gobernar por decreto, tal y como le permite la Constitución, hasta que se celebren nuevas elecciones.

Sin embargo,  esa decisión tiene que estar avalada por la Corte Constitucional y podría encender más los ánimos de una oposición que hoy parece desunida pero que puede hacer su agosto con el descontento popular por los recortes.

Primeras víctimas políticas

Mientras, lo ocurrido el jueves ya se ha cobrado la primera víctima: el comandante general de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, que ha dimitido ya de su cargo, según el canal Ecuavisa, aunque la información no ha sido confirmada oficialmente.

Fernando Gandarillas, portavoz de la Cruz Roja Ecuatoriana (CRE), ha confirmadola muerte de dos agentes, que fallecieron en el mismo hospital donde Correa estuvo retenido.

El propio Correa identificó a un muerto, Froilán Jiménez, miembro del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía, que se mantuvo fiel al Gobierno.

Correa también ha detallado que hubo 27 heridos entre los efectivos que estaban de su lado, incluido un miembro de la escolta del presidente, al que le perforaron un pulmón, según dijo el propio mandatario. Se desconoce aún el número de posibles heridos entre los sublevados.

El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, también fue agredido en la cabeza por unos policías sublevados frente al hospital, aunque no de gravedad, pues recibió posteriormente a Correa en el Palacio de Carondelet, la sede del Ejecutivo, a donde el mandatario se dirigió inmediatamente después de ser liberado.

Noticias

Televisión

Radio

Deportes

Infantil

A la Carta

Playz