Los occidentales no sabemos lo que es el honor, al menos esa es la sensación que nos queda tras la lectura de Orgullo de Samurái (Glénat), un apasionante manga de Hiroshi Hirata en el que se nos cuentan los sacrificios que afrontan varios Samuráis que llegan a ofrecer, no sólo sus vidas sino también las de todos sus seres queridos, por el honor y el servicio a su señor.
En esta época de leyendas que sirve de base a los relatos de Hirata, se sentaron las bases de los Kamikazes de la Segunda Guerra Mundial y el Harakiri (o suicidio ritual), ya que los japoneses veían a sus señores como dioses y hacían cualquier cosa que les ordenase. Al menos hasta la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, cuando su emperador perdió su poder cuasidivino.
Orgullo de Samurai - 11/09/10
En este nuevo volumen de relatos de esa época en la que los Samuráis dominaban Japón, el autor rinde homenaje a aquellas gentes cuyas hazañas pasaron desapercibidas en la literatura y la historia, y que sólo han llegado a nosotros como leyendas.
El autor sigue así fiel a su estilo de relatos sobre samuráis, con el que ha conseguido maravillas como Héroes anónimos, Promesas rotas y Relatos de insultos samuráis, con los que nos sigue emocionando. (Todos publicados en España por Glénat).
Un maestro de la narración y el dibujo
Como en esas obras anteriorres, Hirata vuelve a hacer gala de la profunda sensibilidad de narrador que posee metiéndose en la piel de un puñado de personajes inolvidables, cuyos motivos podemos no comprender, pero con los que simpatizamos por su férrea defensa de causas perdidas y misiones imposibles que les abocan a la autodestrucción.
Unas historias que se complementan a la perfección con el dibujo clásico de Hirata, que nos recuerda a otros maestros como Kazuo Koike y sus famosas historias de Lobo Solitario y su cachorro, y con el que comparte la maestría a la hora de mezclar las escenas más violentas con otras auténticamente poéticas.
Orgullo de samurái nos ofrece historias tristes y desgarradoras en las que esos samuráis suelen fracasar y morir pero que, sin embargo, nos permiten soñar con un mundo mejor en el que ese espíritu de sacrificio pudiese ser recompensado con el triunfo.
Una lectura apasionante que nos recuerda las mejores películas, en blanco y negro, de maestros como Akira Kurosawa (Los siete samuráis, Yojimbo, La fortaleza escondida)