La directora general de los Servicios de Emergencia de la Generalitat valenciana, Irene Rodríguez, asegura que trabajan contrarreloj para dar por extinguidos lo antes posible los incendios que ya han arrasado cerca de 2.500 hectáreas en seis municipios de Valencia y uno de Alicante y que han obligado a desalojar a más de un millar de personas. "Nuestro objetivo es darlo por controlado no, por extinguido, cuanto antes", ha sentenciado en una entrevista en Radio Nacional.
A primera hora de la mañana, según ha avanzado Rodríguez, se han incorporado a las tareas de extinción los medios aéreos, que durante la jornada del martes llegaron a ser 31, con unidades llegadas de otras comunidades como Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha o Murcia.
Rodríguez ha querido destacar "la profesionalidad, el trabajo y la entrega" de todo el personal que está trabajando en la extinción del fuego.
Los incendios se encuentran "estacionados", según han informado a EFE fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias (CEE).
Cuatro focos, tres en Valencia y uno en Alicante
Han explicado que uno de los focos, el último en detectarse en la tarde del martes, afecta a los municipios valencianos de Rafelguaraf y Barxeta, en la comarca de La Costera, mientras que otro declarado en la noche del lunes está activo en la comarca de Vall d'Albaida, en los municipios de Ontinyent, Agullent y Bocairent, localidad que estuvo realmente amenazada por las llamas.
Los otros dos incendios, también declarados la misma noche del lunes y que según las autoridades han sido intencionados, afectan a la localidad de Simat de la Valldigna, en la comarca valenciana de La Safor, y a la de Alfafara (Alicante), éste último ya dado por estabilizado, según las mismas fuentes.
Durante toda la noche han trabajado en las tareas de extinción 35 brigadas de emergencias, además de personal de bomberos, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Policía Local, voluntarios y Protección Civil, ha informado el CCE.
Las condiciones meteorológicas se han cumplido, según las mismas fuentes, y, a pesar de que había viento, ya no era de poniente, lo que no ha dificultado tanto las tareas de extinción.