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Rechazo masivo en las calles de Francia a la reforma de las pensiones de Sarkozy

  • Los sindicatos afirman 2,5 millones de personas han acudido a manifestarse

  • El Gobierno los rebaja a 1,1 millones, pero admite que son más que en junio

  • Nicolas Sarkozy insiste en que el núcleo de la reforma "está ya cerrado"

  • La huelga de este martes ha afectado sobre todo a los transportes

RTVE.es
4 min.

La asistencia masiva a las manifestaciones convocadas contra la reforma del sistema de pensiones en Francia han reflejado el rechazo mayoritario que suscita el proyecto del presidente del país, Nicolas Sarkozy, después de que tanto los sindicatos convocantes como el Gobierno señalaran que la movilización ha sacado a la calle a más manifestantes que en junio.

Así, el MInisterio de Interior ha cifrado en 1.120.000 los manifestantes que han acudido a las 220 manifestaciones celebradas, mientras que la CFDT (Confédération Francaise Democratique du Travail) ha elevado a 2,5 millones de personas que habrían acudido a las protestas.

El gran objetivo de los sindicatos era superar la particiapción registrada en las manifestaciones celebradas contra la reforma de la jubilación el pasado  24  de junio, por lo que el sindicato Solidaires (SUD) ha llegado incluso a hablar de tres millones de personas.

El Gobierno admite que la protesta aumenta

En cualquier caso, al margen de la guerra de cifras, Interior ha confirmado que, según sus datos, en aquella fecha se habían manifestado un total de 797.000 (en 200 manifestaciones) y que en la jornada de protesta precedente, el 13 de mayo, se logró reunir a 1.130.000 franceses, en 180 manifestaciones. Es decir, el Gobierno admite que los sindicatos han sacado a más gente a la calle.

En la marcha por París, la más multitudinaria, también ha surgido la habitual discrepancia de cifras, ya que los sindicatos hablan de 270.000 manifestantes, mientras que la policía los rebaja a 80.000. En cualquier caso, los convocantes se han mostrado muy satisfechos con la respuesta ciudadana en la capital, cuya cifra ha superado los 130.000 de la protesta de junio.

Esta manifestación se ha complementado con otras 220 en ciudades como Lille, Marsella o Niza, encabezadas por los principales líderes sindicales, que han portado pancartas y caricaturas del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Paros en casi todos los sectores

La jornada de huelga general, convocada por los principales sindicatos franceses, coincide con la presentación del proyecto en la Asamblea Nacional, que abre este martes los debates al respecto. En una tensa sesión parlamentaria, el ministro de Trabajo, Eric Woerth, ha defendido el plan del Gobierno conservador de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y ha admitido que "nunca ha sido fácil reformar las pensiones".

"Nuestro sistema de pensiones por reparto [contributivas] forma parte del patrimonio nacional social y el Gobierno quiere conservarlo y garantizarlo", ha asegurado el ministro, que ha advertido a sus conciudadanos: "Si no lo cambiamos, no habrá dinero para pagar las pensiones de los franceses". La sesión hubo de ser suspendida durante varios minutos al ocupar varios de los diputados el centro del hemiciclo.

Mientras, las principales ciudades del país han sufrido las consecuencias de un paro que ha logrado trastocar la normalidad. Aparte de las dificultades que los ciudadanos han padecido en los transportes, con cancelaciones de vuelos y trenes, los paros están siendo numerosos en la mayoría de sectores públicos y privados.

En otros sectores como el de la educación, según los datos oficiales, se ha registrado un apoyo a la huelga del 29,3% de media entre los profesores de enseñanza primaria y secundaria, aunque el sindicato FSU ha asegurado que la huelga era seguida por más del 60% en primaria y por el 55% en secundaria. En el servicio de correos (La Poste) el seguimiento de la huelga ha alcanzado durante la mañana al 22,7% del personal, según la dirección de la empresa pública gala.

Una reforma que Sarzoky cree "cerrada"

Los franceses protestan en contra del proyecto de cambio en la ley de pensiones, que eleva la edad mínima para acceder a la jubilación de los 60 a los 62 años, así como de los 65 a los 67 años la edad a la cual los ciudadanos se pueden retirar con una pensión completa.

Según una encuesta publicada este lunes, tres de cada cuatro franceses apoya las protestas contra una reforma que dos tercios de la población considera "injusta". Sin embargo, según el sondeo de  Obea-Infraforces, un 65% de los franceses cree que estas manifestaciones no tendrán impacto alguno.

Aún así, Sarkozy, el gran impulsor de la medida,  se ha mostrado confiado y seguro de que su propuesta superará el trámite parlamentario. En este sentido, ha comentado a varios compañeros de partido que "ve que el núcleo de la reforma está cerrado".

El presidente francés se ha mostrado dispuesto a negociar algunos aspectos de la reforma, pero ha insistido en que se mantendrá "firme" en lo que considera esencial, elevar la edad de jubilación.

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