El yen se ha vuelto a apreciar este martes hasta alcanzar un nuevo máximo histórico, lo que ha provocado que el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio haya perdido el nivel de los 9.000 puntos en la cotización de esta jornada.
Los nuevos tipos de cambio sobre la divisa nipona suponen las cifras más baja en nueve años frente al euro y en quince años frente al dólar. La moneda europea cerraba en los 106,64 yenes, y cada dólar americano equivalía a 84,95 yenes.
Esta preocupante situación para la economía nipona, que depende en gran medida en sus exportaciones, provoca que los grandes inversores comiencen a pedirle al Gobierno tokiota que se tomen medidas excepcionales.
La apreciación de moneda nipona podría lastrar la frágil recuperación de Japón, que de abril a junio creció sólo un 0,4%, y que se vio superada por China como segunda economía mundial.
Piden una actuación gubernamental
El presidente de la Bolsa de Tokio, Atsushi Sato, ha instado este martes al Banco de Japón a tomar una política más firme y activa. Además ha recordado que el organismo no debería dudar en intervenir en las cotizaciones de la divisa, algo que no sucede en Japón desde 2004.
Por el momento, el único paso dado para contener el nerviosismo en lo mercados ha sido una conversación telefónica entre el primer ministro, Naoto Kan, y el gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, este lunes y que se saldó sin ningún anuncio de medidas específicas.
De momento el Gobierno nipón se ha resistido a ceder a las presiones y ha reiterado sus mensajes sobre su actitud vigilante y cooperativa con el Banco de Japón, cuyas medidas monetarias cada vez son más limitadas con unos tipos de interés al bajísimo nivel del 0,1%.
Según Toshikazu Horiuchu, analista de Cosmo Securities, "Japón está quedándose detrás de Estados Unidos y la Unión Europea en términos de acción política".
Incluso miembros del propio partido gubernamental han pedido este martes una respuesta de autoridades económicas y monetarias para acabar con la excesiva volatilidad en los mercados que no permite la vuelta a la confianza en Japón.
Mala jornada para las bolsas asiáticas
El anuncio de las conversaciones para tomar medidas no han logrado estabilizar al yen que cotiza con el dólar a los niveles de 1995 y que con el euro se intercambia a cifras que no se registraban desde noviembre de 2001.
El cambio de un euro por cada 106,64 yenes contrasta con las 127,4 unidades en las que se intercambiaba en abril o el entorno de los 168 yenes en los que cotizó en julio de 2008, antes de la caída de Lehman Brothers y el agravamiento de la crisis financiera.
Hoy el Nikkei perdió la barrera psicológica de los 9.000 puntos por primera vez en 16 meses, empujado por la constante apreciación de la divisa japonesa.
Los malos resultados en la bolsa de Tokio se extendieron este martes al resto de las plazas bursátiles en Asia y amenazan a la frágil recuperación global, especialmente en las economías desarrolladas.
Las empresas también sufrirán la apreciación
Ante esta situación, el ministro de Finanzas, Yoshihiko Noda, dijo este martes que el Gobierno "seguirá vigilando con atención los movimientos en el mercado" y que "mantendrá consultas con el Banco de Japón si es necesario".
En opinión del director del Banco de Japón "las subidas del yen están totalmente desvinculadas de los fundamentos económicos, lo que eleva las dudas sobre dónde está el límite de las caídas, que para algunos analistas podrían agravarse ante movimientos especulativos".
La apreciación que afecta sobre todo a la competitividad del sector exportador japonés, ha obligado a las multinacionales a actualizar a la baja sus previsiones de resultados y ha dificultado la, ya de por sí baja, inversión privada de Japón.
Además, al no poder vender tan fácilmente sus productos al exterior, el crecimiento de la economía nipona se resiente y no ayuda a frenar el problema del ciclo deflacionario que ha caracterizado al país en los últimos años.
El director financiero de Honda, Yoichi Hojo, ya advirtió a principios de mes de que "será desastroso" si las multinacionales japoneses se ven obligadas a recalcular su estructura productiva en el nivel de los 85 yenes por dólar.