A partir de agosto se podrá visitar el Coliseo que nunca se ha visto. Los visitantes podrán recorrer los intestinos del anfiteatro Flavio gracias a los trabajos de restauración realizados durante 4 años y que han supuesto una inversión de 1millón 700 mil euros.
Pero no sólo eso, también se reabren ambientes del hipogeo que han estado cerrados durante más de 30 años. Alguno, como el situado en la tercera planta proporciona una espectacular vista del conjunto de la estructura.
Otros, bajo el suelo, suponen pasear por las entrañas donde se preparaba toda la escenografía y reposaban las fieras antes de subir al escenario para divertimento de más de 50.000 personas. De hecho, en la bóveda subterránea subsisten todavía los restos de algún montacargas con el que se sacaban leones, rinocerontes o elefantes a la arena.
En busca de dinero
Pese que celebramos la buena noticia de la apertura de nuevos espacios en el Coliseo, la construcción está enferma. Sufre una mutación química que transforma el carbonato cálcico en sulfato cálcico con lo que los guijarros pierde consistencia.
Por eso el gran desafío para el futuro del anfiteatro romano es hallar los 23 millones de euros necesarios para limpiar y asegurar físicamente el monumento.
Hace solo unas semanas una losa de un metro cuadrado se desprendía del edificio desde una altura de 10 metros debido a los efectos corrosivos de la erosión producida por el tiempo, el agua, el viento y el ruido que le rodea a diario