Alemania tendrá este año un déficit presupuestario inferior en 15.000 millones de euros al que había previsto, con lo que la diferencia entre ingresos y gastos se situará en 53.000 millones, en lugar de los 65.000 ó 70.000 millones de euros que la canciller, Angela Merkel, había mantenido como cifra del déficit hasta este mismo lunes.
Así lo ha confirmado este martes el Ministerio de Finanzas germano, que ha explicado que, de esta forma, el Estado deberá pedir prestado 15.000 millones de euros menos de lo calculado en un principio.
Más ingresos fiscales de los previstos
Esta mejora "estructural" no tiene en cuenta elementos excepcionales, como por ejemplo, los costes de los planes de ayudas coyunturales o los ingresos extraordinarios obtenidos por la venta de las licencias de telefonía de cuarta generación.
Si se tienen en cuenta esos elementos, el déficit presupuestario total se reducirá en 20.000 millones de euros respecto a las previsiones, según ha publicado la prensa alemana, un dato que no ha sido confirmado por el Ministerio de Finanzas que en su día calculó en 80.000 millones de euros ese déficit total.
El recorte en el déficit se debe al ritmo sostenido en la recuperación económica alemana y al buen comportamiento del mercado de trabajo, que se han traducido en ingresos fiscales mayores a los previstos.
No afectará al plan de ahorro
Pero como se ha apresurado a precisar el Ministerio de Finanzas, esta revisión a la baja de las cifras del déficit es la que se utilizó como base para elaborar el plan de ajuste anunciado al comienzo de junio por el Gobierno federal alemán y que persigue un ahorro de 11.000 millones de euros en 2011 y de hasta 80.000 millones entre 2010 y 2014.
Por eso, aseguran desde el departamento responsable de las cuentas públicas germanas, los nuevos datos no modificarán ese proyecto de recortes, muy criticado en Alemania y también en el resto de Europa, donde se teme que frene la incipiente recuperación no sólo en la locomotora de la UE, sino en el resto de los Veintisiete.
Estos buenos datos presupuestarios no ponen fácil la tarea de Angela Merkel en la próxima reunión del G-20, donde deberá justificar ante sus socios, y sobre todo ante Washington, esa urgencia por consolidar unas finanzas públicas que no adolecen de grandes desequilibrios. "Debemos ahorrar a cualquier precio, porque eso reforzará la confianza de la gente", ha reiterado la canciller este martes, cuando también ha señalado que el déficit actual sigue siendo "todavía demasiado alto".