Manuel Marín, el ex presidente del Congreso, está convencido de que en la actual coyuntura económica es el momento de que la política actúe. En especial, dice, porque "las dificultades hay que gobernarlas. Te guste o no".
Así lo ha expresado 'En Días Como Hoy' de Radio Nacional, donde cree que algunas de las políticas que se están acometiendo ahora "podrían haberse hecho antes". Aunque reconoce que "si se hacen ahora, es momento" de llevarlas a cabo.
Regular el sistema financiero
No obstante, para el ex presidente del Congreso, hay cosas que deberían haberse heco, y que "temo que no se van a hacer". Por ejemplo, dice, la regulación del sistema financiero internacional o el incremento de la gobernanza económica en el conjunto de la Unión Europea.
Por ello cree que el Consejo Europeo del próximo jueves será determinante, sobre todo para crear ese gran gobierno económico del que tanto se habla. En especial por que "hace falta introducir elementos severos para quienes no hacen bien el trabajo".
Algo que reclama la canciller alemana, Angela Merkel, de quien dice "no se entiende bien su psicología", pero es la única manera de que Europa salga reforzada, y de que el continente pueda afrontar la crisis económica a la que se enfrenta.
La historia se repite
Para Marín es el momento ieal "para que vuelvan las reglas y las instituciones sólidas", sin embargo considera que se están haciendo discursos de hace una década en la crisis del 95.
Entonces se hablaba de "signos de recuperación", y ahora de "brotes verdes". Por ello lamenta "que no hayamos aprendido".
Niega que sea malo el hecho de que Europa legisle y obligue a tomar medidas. Al contrario, " a nosotros la medicina europea nos ha sentado muy bien" como ocurrió cuando se firmó el Tratado de Adhesión a la Comunidad Económica Europea hace ahora 25 años, o cuando tuvimos que cumplr los criterios de convergencia para entrar en el Euro.
Incapaces de llegar a consensos
Hitos que se consiguieron gracias "a la conciencia colectiva", algo que no existe, y que vendría muy bien ahora para solventar el problema de la crisis de confianza a la que se enfrenta España.
Sin embargo, Marín reconoce que eso ahora mismo es imposible, ya que "no somos capaces de llegar a acuerdos sobre nada que sea sustancial". Y eso es un fallo, porque si siempre dices que necesitas dejar de ser "un país del ladrillo y pasar a ser un país Nokia", tienes que aplicar cambios sustanciales.
De ahí que no entienda el que 30 años después del inicio de la democracia, "puedan hacerse campañas electorales basadas en la cuestión territorial y la religión", eso es volver atrás.