La creación de un impuesto extraordinario para las grandes fortunas que prepara el Gobierno supondrá, en la práctica, la recuperación del antiguo Impuesto sobre el Patrimonio, que el Ejecutivo suprimió en abril de 2008 con carácter retroactivo como parte de una serie de medidas de estímulo económico.
En el último ejercicio en el que se declaró, el correspondiente a 2007, este impuesto supuso más de 2.120 millones de euros para las arcas del Estado, según los datos de la Agencia Tributaria.
Según ha señalado a RTVE.es el secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, "el Impuesto de Patrimonio gravaba la riqueza que poseían las personas con un patrimonio superior a los 120.000 euros, ya excluidas hipotecas, daudas y las cargas de bienes y derechos".
Computaba todos los bienes y derechos "excepto la vivienda habitual y el valor del negocio del que el contribuyente obtenía su ingreso principal en el IRPF", apunta Mollinedo.
En 2007 fueron 981.498 los contribuyentes que declararon este impuesto. De ellos, el 90% tenía entre 120.000 y 1,5 millones de euros, aunque el grupo que mayor volumen liquidaba era el que declaraba entre 1,5 y 6 millones de euros, ya que aportaban más de 823 millones pese a suponer menos del 5% de los declarantes.
Por encima de esta cifra, 3.732 contribuyentes declararon tener entre 6 y 30 millones de euros (aportando 304 millones) y 233 se situaron por encima de los 30 millones de euros de patrimonio, aportando 111 millones a las arcas del Estado.
Desde 2003, los ingresos por este concepto fueron 1.069 millones de euros (2003), 1.203 (2004), 1.442 (2005) y 1.797 millones de euros (2006), aunque en este tiempo el número de españoles que tributaron por patrimonio se mantuvo entre 895.950 y 1.001.503 declarantes.