Un comando talibán ha atacado este miércoles a principal base estadounidense en Afganistán, en Bagram, donde han resultado heridos al menos cinco soldados de las tropas internacionales, según la OTAN. La Alianza Atlántica ha añadido que siete insurgentes han muerto en la acción.
Sin embargo, el jefe de la Policía provincial, Abdul Rahman Sayedkhil, ha dicho a Efe que los islamistas fallecidos eran cuatro y que el número de soldados heridos se elevaba a ocho, todos ellos estadounidenses.
Este ataque sucede al día siguiente de una de las jornadas más sangrientas para la coalición, con ocho soldados muertos (siete estadounidenses y dos canadienses), seis de ellos en un ataque contra las tropas extranjeras y afganas en Kabul. En ese atentado fallecieron otros 12 civiles y varias decenas resultaron heridos.
Atentado en Afganistán contra un convoy de la OTAN
Las autoridades locales de Bagram han explicado que un grupo de talibanes, armados con fusiles automáticos, cohetes y explosivos adosados al cuerpo, han atacado uno de los puestos de control de la base a las 03.00 hora local (00.30 horas en la España peninsular) y han intercambiado disparos durante una hora con los soldados estadounidenses y afganos que vigilan la zona.
Tres de los insurgentes murieron en el intercambio de fuego mientras que otro detonó la carga explosiva que portaba y un quinto fue detenido, siempre según el jefe policial.
Una polémica base
Por su parte, un portavoz de la OTAN ha dicho esta mañana que siete insurgentes habían muerto en el ataque que aún estaba en desarrollo. La fuente no ha precisado la nacionalidad de los soldados heridos, que según él son cinco.
Los talibanes han asumido la autoría del ataque a través de su portavoz, Zabiullah Mujahid, con el que han contactado varias agencias de noticias. Según Efe, el portavoz ha dicho que que en el ataque han participado cinco insurgentes y han muerto 20 soldados de EE.UU., mientras que en la información de AFP se refiere a "veinte kamikazes" talibanes.
La base de Bagram también alberga una cárcel desde la invasión estadounidense en el año 2001. Varios de los antiguos detenidos han denunciado que las tropas estadounidenses les sometieron a torturas allí.