El Ministerio de Sanidad ha elaborado un plan, en colaboración con la industria alimentaria, para reducir un 20% el consumo de sal en los próximos cuatro años con el fin de luchar contra la hipertensión.
Lo ha anunciado la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, quien también ha precisado que se rebajará el contenido en sal de productos elaborados, como embutidos, lácteos y bollería a razón de un 5% anual durante el período 2010-2014.
Esta decisión se ha tomado después de conocer que sólo el 20% de la sal es añadida por el consumidor en las comidas, mientras que el 75% es lo que se conoce como sal oculta, y está en los alimentos procesados o consumidos fuera del hogar.
Unos datos que se desprenden de un estudio, elaborado en colaboración con la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) y en el que se analizaron más de 1.200 muestras de alimentos que componen la dieta habitual de los españoles.
Además de trabajar con la industria alimentaria, el Ejecutivo también lo hará con las comunidades autónomas para seguir reduciendo el consumo de sal en los comedores escolares .
Los riesgos de la hipertensión
Por otro lado también se pondrá en marcha una campaña informativa bajo el lema "Menos sal es más salud" para que los ciudadanos conozcan los riesgos de la hipertensión.
En este sentido la ministra ha recordado que la hipertensión arterial afecta al 35 % de la población española y que es responsable de más del 50% de los casos de enfermedad cardiovascular y del 45% de la enfermedad coronaria.
El doble de sal de lo recomendable
Según un estudio de la Universidad Complutense los españoles ingieren una media de 9,8 gramos de sal por persona al día, casi el doble de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera recomendable.
Por ello, el ministerio pretende reducir el consumo de sal y estima que si éste se situa en 5 gramos al día se evitarían cada año 20.000 accidentes cardiovasculares y 30.000 eventos cardíacos, con lo que también se reducirái el gasto sanitario.
Jiménez ha comentado que estas medidas serán más afectivas si se realizan en el marco de la Unión Europea, al existir libre circulación de alimentos entre sus miembros y ser muchas de las empresas de carácter internacional.
Por ello, la Presidencia española ha propuesto a los demás Estados de la UE unas conclusiones destinadas a llevar a cabo acciones para reducir el consumo de sal en la población europea, que se espera sean aprobadas por el Consejo de Ministros de Sanidad europeos en junio.