El veneno es uno de las principales causas de mortalidad para algunas de las especies más amenazadas de nuestra fauna. Águilas imperiales, osos pardos, buitres negros, quebrantahuesos o alimoches, cientos de ellos mueren envenenados cada año en nuestro país.
Hoy se ha presentado en el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), el proyecto "Acciones para la lucha contra el uso ilegal de veneno en el medio natural en España", para combatir uno de los problemas enquistados en la sociedad rural española.
Durante más de 20 años -de 1953 a 1973- se premiaba la caza de la alimaña, y las cabezas de lobos muertos, o la de cualquier ave rapaz, se exhibían como trofeo en la plaza del pueblo.
Este proyecto, que reúne a organizaciones conservacionistas y administraciones públcias, está cofinanciado por la Comisión Europea a través del Programa LIFE +, coordinado por SEO / Birdlife y tiene como socios a la Fundación para la Conservación de los Buitres (VCF) y a la Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha.
Para José Jiménez, Director General de Política Forestal y Biodiversidad del MARM, "el veneno es un grave problema para la fauna española sobre el que el Ministerio tiene la firme voluntad de actuar". Jiménez también ha destacado que es necesario un "trabajo conjunto entre todas las partes implicadas para disminuir la mortalidad provocada por este fenómeno".
“Sólo el trabajo conjunto puede frenar esta lacra“
En opinión de Alejandro Sánchez, Director Ejecutivo de Seo / Birdlife, afirma esperar que "el proyecto sirva para reactivar y aunar esfuerzos en la lucha contra esta lacra, que este año ya ha supuesto la muerte de varias decenas de especies protegidas".
Actuaciones contra el veneno
El principal objetivo del programa es lograr una reducción del uso ilegal de veneno en nuestro país, con un plazo de ejecución que abarca desde el 1 de enero de 2010 hasta el 31 de marzo de 2014. Cuatro años para frenar una de las principales amenazas de nuestra fauna.
Entre las acciones que se van a poner en marcha destaca la creación de una patrulla móvil especializada en detección de venenos en Castilla-La Mancha, una de las provincias más atacadas por esta lacra.
Se promoverán más unidades caninas, como las que actúan en Andalucía, para detectar posibles amenazas, y se formarán agentes forestales en la investigación especializada contra el veneno en distintas comunidades autónomas y dos cabildos (Gran Canaria y Fuerteventura)
Además, se pretende frenar la facilidad con la que se pueden adquirir productos tóxicos que se pueden usar como veneno. Se quieren identificar alternativas, tanto en la agricultura como en la ganadería, que no sean tan perjudiciales para la conservación de la naturaleza.
Once comunidades autónomas y dos cabildos apoyan el proyecto, entre ellas la Junta de Castilla-La Mancha como socio y el Cabildo de Fuerteventura, la Junta de Andalucía y el Gobierno de Cantabria como cofinanciadores. En total son diez las administraciones que participan en alguna acción concreta.