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Cien días de Presidencia europea plagados de sinsabores

  • El plantón de Obama deja a España sin su cita estrella

  • Grecia ha impedido concretar una estrategia para salir de la crisis

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ARTURO CRIADO
5 min.

Luces y sombras, caras y cruces, claros y oscuros. Adjetivos a gusto del consumidor que definen fielmente estos primeros 100 días de Presidencia española de la Unión Europea. Un período que arrancaba en un momento de incertidumbre para Europa pues había que poner en marcha el Tratado de Lisboa -que se ha conseguido con relativo éxito- y la peor crisis económica en los últimos 80 años.

Precisamente este último asunto es la gran prioridad de España para el semestre. Capitanear la salida de la actual coyuntura económica. Y para ello contaba con echar mano de la llamada `Europa 2020' que debe devolver a los 27 a la senda del crecimiento de una manera "sostenible, inclusiva e inteligente".

Merkel y Sarkozy brillan con fuerza

Claro que nadie contaba con que la situación económica de Grecia iba a poner contra las cuerdas a la moneda única, obligando a los Jefes de Estado y de Gobierno a echar un capote al gobierno socialista de Papandréu.

Un salvavidas que han capitaneado con mano de hierro la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy. Ambos en el último Consejo Europeo diseñaron la estrategia, se la presentaron al presidente Van Rompuy y la ofrecieron en bandeja al resto de los socios.

Se trata de combinar la ayuda del Fondo Monetario Internacional con préstamos bilaterales si Grecia no consigue dinero de otra forma.

Y lo han hecho por dos veces -en febrero y en marzo- haciendo que muchos se pregunten por el verdadero papel de España en esos encuentros donde se quedó fuera de la foto.

Una cuestión que no es baladí pues pone de manifiesto el escaso peso que tiene la presidencia rotatoria. El propio Van Rompuy -en su primera entrevista en la prensa- lo ha reconocido: "las presidencias semestrales tienen un papel destacado en los Consejos Sectoriales", por lo que "no deben levantarse falsas expectativas".

Misil directo a la línea de flotación de España con quien hay una velada lucha de protagonismo. Atrás quedan esas promesas de Zapatero y el propio Van Rompuy de trabajar codo con codo, y se entra de lleno en algo muy europeo: demostrar quien tiene el auténtico poder en Bruselas.

Ocurre con el Parlamento y la Comisión, y sucede ahora con el Tratado de Lisboa entre el Presidente del Consejo y la presidencia semestral. Veremos cómo evoluciona, aunque parece que será un punto débil del Tratado de los tratados europeos.

Obama no viene

Tampoco ha habido suerte a la hora de organizar la gran cita del semestre español. La cumbre UE - Estados Unidos que Obama cancelaba tras las elecciones en Massachussets. Lo hacía para "centrarse en cuestiones internas", aunque la propia Administración ha reconocido que ni siquiera estaba en la agenda.

Algo que ha derrumbado buena parte del programa español que había depositado en esa reunión buena parte de sus expectativas para el semestre, que ahora se centran en la Cumbre con Latinoamérica prevista para el mes de mayo.

El Gobierno la atribuye a un problema de agenda y Mariano Rajoy dice que espera que Rodríguez Zapatero arregle este asunto.

Por si fuera poco uno de los temas que más interesan a la presidencia española, Cuba, está dando demasiado que hablar y complica las intenciones del Ejecutivo español de promover un cambio en la `Posición Común' sobre la Isla.

No es una prioridad, es cierto, no aparece en el programa de trabajo, pero es una realidad que el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, ha estado haciendo gestiones intensas sobre este asunto.

Unas maniobras que se han visto dificultadas por la muerte del disidente Orlando Zapata, y por esa resolución del Europarlamento en la que exige al régimen de Castro que libere a los presos políticos y empiece a dar pasos concretos en el respeto a los Derechos Humanos.

Miremos al futuro

Escollos complicados de salvar en estos primeros 100 días que también han tenido puntos positivos como el Observatorio contra la Violencia de Género, la aprobación de la nueva Estrategia de Seguridad Interior para el conjunto de la Unión Europea o los avances relativos al coche eléctrico.

También se puede considerar un éxito esa orden europea de protección de víctimas, que si bien no está claro que pueda aprobarse antes de que termine el semestre, ya está en marcha y como muy tarde en 2011 verá la luz.

Tenemos por tanto un balance agridulce -como el que tienen los eurodiputados españoles- en estos primeros 100 días de Presidencia Española, que todavía tiene otros tres meses para conseguir los objetivos que tiene por delante.

En este tiempo vamos a ver cómo se propone un Fiscal europeo que proteja a la moneda única, se decidirá si se aplican o no los escáneres corporales y se celebrarán distintas cumbres bilaterales con varios países como Japón, Pakistán o la Unión por el Mediterráneo.

Veremos qué es lo que sucede aunque no deja de ser preocupante que uno de cada tres españoles no sepa que su país ejerce la Presidencia de la Unión Europea. O quizá no lo es. Más bien tan sólo viene a demostrar que el interés por Europa todavía es muy pequeño y que por tanto esa vocación "europeísta" de España no se ha conseguido transmitir al ciudadano de a pie.

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