Estados Unidos ha anunciado este viernes nuevas medidas de control en los aeropuertos para los vuelos que aterricen en su territorio, tras la revisión de los mecanismos de seguridad ordenada por el presidente Barack Obama después del intento de atentado cometido por un nigeriano en diciembre, que pretendía hacer estallar en pleno vuelo un avión que se dirigía a Detroit.
Un pasajero a bordo de un avión de Northwest Airlines que hacía la ruta Amsterdam - Detroit ha intentado hacer explotar un artefacto a bordo durante su llegada al aeropuerto de Detroit (Michigan, EE.UU.). La Casa Blanca ha confirmado que el atacante pretendía perpetrar un atentado terrorista.
Las nuevas medidas se basan en una vigilancia de los pasajeros en función de su "perfil" y se superponen a las ya adoptadas inmediatamente después del intento de atentado en Detroit.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, ha explicadodo en un comunicado que la agencia encargada de la seguridad del transporte aéreo (TSA, en sus siglas en inglés) va a poner en marcha "nuevas medidas de seguridad reforzadas para todos los trasnportes aéreos que hacia Estados Unidos".
Cruce de datos
Las nuevas normas se aplicarán a todos los pasajeros, incluidos los estadounidenses, de vuelos que aterricen en EE.UU, detalla la nota: "Las nuevas medidas utilizan información en tiempo real, fundada en amenazas precisas, así como múltiples filtros de seguridad, visibles o no, con el fin de reducir la amenaza terrorista".
De este modo, la lista negra de pasajeros sospechosos de actos de terrorismo seguirá en vigor, aunque ahora, además, el control se completará cruzando informaciones sobre otros pasajeros, de forma aleatoria, que podrían ser objeto de una vigilancia más acusada. En este sentido, se observarán características como la nacionalidad, la edad o los países visitados recientemente, según los medios estadounidenses.
El intento de atentado de Detroit impulsó la instalación de escáneres corporales en varios aeropuertos de Estados Unidos, así como su adopción en algunos aeródromos europeos, como el Schiphol, en Amsterdam.
Según el Departamento de Seguridad Interior, hay ya 40 escáneres corporales instalados en 19 aeropuertos estadounidenses y el objetivo es disponer de un total de 450 a finales de este año.