Los católicos no deben aceptar leyes injustas. Es una de las reflexiones pronunciadas por el Papa Benedicto XVI en la tradicional misa crismal del Jueves Santo en la basílica de San Pedro.
La consagración de los santos óleos supone el primer acto de las intensas celebraciones de Semana Santa que se apresta a vivir tanto el Vaticano como Roma.
Como es tradicional, la mayor parte de la misa crismal se celebra en latín y en ella son bendecidos los aceites sagrados que se utilizarán durante todo el año para conceder los sacramentos del bautismo, confirmación y unción de enfermos.
Esta tarde, el Papa, en calidad de Obispo de Roma, acudirá a la catedral, San Juan de Letrán, para conmemorar la última cena de Cristo. Lo que se recoja en la colecta de esta tarde irá destinado al seminario de Haití recientemente destruido por el terremoto que devastó la parte occidental de isla de la Española.