Cuba no aceptará "presiones ni chantajes" del disidente Guillermo Fariñas, que se encuentra muy debilitado tras 12 días en huelga de hambre, y ha responsabilizado de su posible muerte tanto al propio Fariñas como a "los diplomáticos extranjeros y medios de prensa que lo manipulan".
Así lo deja claro el régimen cubano un artículo publicado en el diario oficial Granma, el primero en el que se hace referencia a la huelga de Fariñas, que dura ya doce días y que comenzó cuando le impidieron junto a otros disidentes acudir al entierro de Orlando Zapata, el preso político que murió tras otra huelga de hambre.
"Ellos dicen que es inaceptable el chantaje. Yo les digo que es un gesto de buena voluntad", ha afirmado el periodista cubano, quien ha añadido que el propósito del artículo de Granma es "desacreditarme ante el público al decir que mi muerte no sería la de un revolucionario pro-democracia, sino la de un revolucionario que ha sido engañado, que se transformó bajo los auspicios de una potencia extranjera".
Fariñas, que pide la liberación de otros 20 presos políticos por sus precarias condiciones de salud, se encuentra en "un proceso de deterioro notable", reconoce el régimen cubano, que advierte de que "de ningún modo puedo forzársele a ingerir alimentos" por "los principios bioéticos".
El propio disidente, además, ha advertido de que continuará el ayuno "hasta el final", hasta la muerte y ha denunciado que Raúl Castro ha dado órdenes de que lo dejen morir.
De esta forma, y a pesar de "la atención médica calificada que ha recibido sin importar su condición de mercenario", se considera posible que entre en un estado de shock que le lleve a un punto de no retorno, es decir, demasiado tarde para salvar su vida.
"En este caso, no es la medicina la que debe resolver el problema intencionalmente creado con el propósito de desacreditar nuestro sistema político, sino el propio paciente y los apátridas, diplomáticos extranjeros y medios de prensa que lo manipulan", se añade en el artículo.
Repaso al historial de Fariñas
El texto refiere que Fariñas pasó "de una posición afín a la revolución a una conducta antisocial", que el primer hecho "que reveló el claro desajuste de su personalidad, y que no tenía ningún matiz político, ocurrió a finales del año 1995, cuando agredió físicamente a una mujer", por lo cual pagó tres años de cárcel.
"Para evadir la justicia -prosigue el diario oficial- inventó su primera huelga de hambre y poco tiempo después traspasó el umbral del activismo contrarrevolucionario".
Detalla que la segunda condena fue de cinco años y diez meses porque "golpeó fuertemente con un bastón a un anciano que había impedido un acto terrorista" y añade que en esa ocasión Fariñas "echa mano de nuevo a su método de hacer show: la huelga de hambre".
En 2006 "protagoniza un ayuno prolongado para exigir" a la telefónica estatal "el acceso a Internet desde su domicilio", dice el artículo.
El diario tilda también al disidente de "vendepatria" y "asiduo reportero de la infame emisora nombrada Radio Martí (de Miami) y de otras estaciones anticubanas".