La Cooperación al Desarrollo que Europa presta a Latinoamérica es fundamental para nivelar el desequilibrio socio-económico en el continente más desigual del mundo.
Una noble tarea a la que los 27 tienen previsto dedicar más de 2.600 millones de euros en el período 2007-2013.
El compromiso de todos
Muestra del compromiso que requiere la tarea de disminuir las desigualdades, es que "persisten cuando mayores son los recursos destinados a la labor, y cuando la conciencia de acabar con ellas" es más fuerte que nunca, según el Rey Juan Carlos.
La política europea está orientada especialmente a reducir la pobreza y favorecer los Objetivos del Milenio: reducir la pobreza y favorecer más la educación, la sanidad y la justicia social.
Un objetivo que también se marcaba en su programa de gobierno el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien reclamaba "la colaboración de los países latinoamericanos que comparten ese mismo interés, pero también de Europa".
España actor fundamental
Nuestro país es el que más fondos aporta de los 27 a la Cooperación al Desarrollo al otro lado del charco, por lo que podría jugar un papel fundamental para orientar a Europa a la hora de ayudar en la zona.
A juicio del director general de desarrollo del ministerio de Exteriores, Juan Lopez, lo que debe hacer España es "enseñar a los 27 nuevas formas de trabajar empleando asociaciones que beneficien a todas las partes".
Intereses comerciales
Como todo plan de ayuda, tiene distintos vértices. En especial porque no sólo se trata de conseguir justicia social. Hay un cierto interés en abrir nuevos mercados y reforzar la economía europea.
Así lo reconoce el eurodiputado José Manuel García Margallo, quien asegura que "nos viene bien que crezcan" para entablar nuevas relaciones comerciales.
Pero el hecho de que se perciba que la ayuda sea interesada, no quiere decir que no sea positiva.
La búsqueda del equilibrio
Lo importante, según Francisco Rojas Arabena, secretario general de la Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales, es ser capaces de "compatibilizar los intereses de las dos partes".
Algo que no siempre se ha conseguido, en especial porque la Unión Europea en muchas ocasiones ha hecho valer su posición hegemónica.
Ahora, el objetivo fundamtental es reducir la desiguladad "porque es lo que reclaman los ciudadanos". Así lo ha dicho el presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, quien asegura que debemos "acabar con la pobreza, y conseguir que no haya un niño que no tenga acceso a agua potable, la educación o una vida digna".