FIAT manda a casa a sus 30.000 empleados en Italia durante dos semanas. Las plantas se han parado para que el mercado absorba poco a poco los excedentes de vehículos que se amontonan en las explanadas de las fábricas.
Ha comenzado el gran descanso forzado de la empresa más importante del país en un momento especialmente delicado: el fin de las ayudas del Gobierno italiano para el cambio de coche ha supuesto una reducción del 50% en las ventas.
El administrador delegado del grupo FIAT, Sergio Marchionne, asegura que esto significa que este año se venderán 350.000 coches menos en Italia y, de ellos, al menos 150.000 serán de su empresa.
FIAT perdió 800 millones de euros el año pasado. Pese a ello, cambió su política y repartió dividendos entre sus accionistas, una práctica desechada en los últimos años.
La interrupción de la producción afecta a las plantas de toda Italia. Mientras el trabajo se para, empresa, sindicatos y gobierno mantienen las reuniones para que los motores vuelvan a sonar en FIAT.