Los próximos 15 y 16 de febrero se volverán a reunir los obispos irlandeses con el Papa para afrontar, de nuevo, el problema con los abusos a menores llevados a cabo en Irlanda por sacerdotes católicos.
El primer encuentro de Benedicto XVI con la conferencia episcopal irlandesa tuvo lugar el pasado 11 de diciembre. Ese día, el papa alemán confesó sentirse asolado.
Entonces anunció que habría decisiones al respecto en el futuro. El pontífice confesó que compartía con los fieles de aquel país la vergüenza, la indignación y la traición porque los sacerdotes han traicionado sus promesas ante Dios.
En las semanas siguientes algunos obispos han presentado su dimisión. Los abusos se cometieron durante 30 años sobre unos 400 niños. El informe de la comisión Murphy señala que 46 sacerdotes son los culpables de esos hechos.
Mientras, el informe Ryan asegura que durante 70 años, diversos sacerdotes han realizado abusos sexuales torturas psíquicas y físicas sobre miles de menores.
En el encuentro del mes que viene es posible que el Papa entregue a los obispos una carta dirigida a los fieles irlandeses.