El médico español Domingo de Guzmán, que acompañó a Aminatu Haidar en su regreso este jueves a El Aaiún, no descarta que la activista saharaui pueda sufrir secuelas físicas tras 32 días de huelga de hambre.
"Este tipo de situaciones de estrés sobre el organismo pueden traer secuelas, que puede que no sean perceptibles a corto plazo", ha asegurado De Guzmán, quien califica la situación de Haidar de "estable".
La saharaui, que ya ha puesto fin a un ayuno en el que sólo ingirió agua con azucarillos, estará sometida de momento a una dieta líquida, compuesta por agua y suero oral, y sólo podrá recuperar su alimentación habitual lentamente.
Para De Guzmán, esto no sucederá en ningún caso "antes de una semana o diez días".
El doctor tiene previsto abandonar El Aaiún este sábado, por lo que Haidar quedará a cargo de los cuidados de un enfermero amigo de la familia.
Frenética jornada con final feliz
La salud de Haidar se resintió después de que, según De Guzmán, el vuelo del avión medicalizado en que viajaban se prolongase más tiempo de lo previsto, al sobrevolar El Aaiún.
A su llegada, ha señalado, había un "gran número de funcionarios del Estado marroquí" que les dispensaron "un trato correcto" en todo momento.
Euforia en El Aaiún tras la llegada de Aminatu
En una entrevista con medios españoles, la saharaui ha descrito su estado físico actual como "fuerte", pese a lo cual ha anunciado que se tomará un periodo de al menos dos meses antes de volver a su actividad normal para "seguir con su lucha hasta el final" por la independencia del Sahara Occidental.