Durante 2008 Israel ha desalojado a los palestinos de Jerusalén a un ritmo más rápido que en cualquier otro momento en la historia del Estado judío, según ha informado un grupo israelí de derechos humanos, citando estadísticas oficiales israelíes.
"La revocación de la residencia ha alcanzado proporciones alarmantes", ha asegurado Dalia Kerstein, director ejecutivo del centro israelí HaMoked para la Defensa de las Personas.
Las estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Interior, en virtud de la solicitud del Acta de Libertad de Información, muestra que a 4.577 residentes de Jerusalén Este se les había revocado su residencia en 2008, una cifra que supera la mitad del total de revocaciones en los últimos 40 años.
Las Naciones Unidas, los Estados Unidos y la Unión Europea han criticado las políticas de Israel en Jerusalén, que incluyen la expulsión de palestinos de viviendas cuya propiedad no puede ser probada, la demolición de casas construidas sin permiso israelí, y la expansión de asentamientos en los territorios ocupados desde la guerra de 1967 .
Los palestinos dicen que el objetivo de Israel es deshacerse de la mayor cantidad posible de residentes palestinos de Jerusalén oriental para reducir su presencia en los distritos orientales y socavar así la reivindicación de la mitad de la Ciudad Santa como capital de su futuro Estado.
"La campaña del Ministerio del Interior en 2008 es sólo una parte de una política más general cuyo objetivo es limitar la población palestina y preservar una mayoría judía en Jerusalén, cuyo futuro se supone que se determinará en las negociaciones", ha explicado Kerstein.
"Los palestinos son nativos de esta ciudad, no residentes que han llegado recientemente", ha defendido HaMoked.
Israel se anexionó Jerusalén oriental después de tomar la zona en la guerra de 1967, y se refiere a toda la ciudad como su capital, una demanda no reconocida internacionalmente.
Unos 250.000 palestinos viven en Jerusalén oriental y los barrios adyacentes junto a 200.000 israelíes. El gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, rechaza las peticiones para que la ciudad sea dividida o compartida como parte de un acuerdo de paz.
El "polémico informe de la Unión Europea"
Las Naciones Unidas y las potencias occidentales, que no reconocen la reivindicación de Israel, dicen que el estatus de la ciudad es uno de los temas centrales que se establecieron en las negociaciones de paz, que se supendieron durante el año pasado y que no han mostrado signos que indiquen que se reanudaran pronto.
El periódico israelí Haaretz publicó el pasado martes un documento interno de la Unión Europea en el que advertía que el bloque comuniatrio podría reconocer la división de Jerusalén para que sirva de capital a los dos estados.
Según el diario israelí, la declaración expresaría por primera vez el apoyo tácito de la UE a la solución de dividir Jerusalén, uno de los problemas neurálgicos del conflicto entre israelíes y palestinos.
La UE salió rápidamente al paso de estas declaraciones,para asegurar que no ha cambiado su posición sobre Jerusalén, a la que considera que debe ser la futura capital "compartida" de Israel y del futuro estado palestino, según informó el portavoz de Exteriores comunitario, Lutz Gullner
Una fuente comunitaria indicó que ese documento procede de un borrador inicial planteado por un país comunitario que no es Suecia, pero cuya formulación ha cambiado desde entonces, aunque el planteamiento esencial de que Jerusalén deberá ser compartido por los dos estados se mantiene.
HaMoked ha declarado que el Ministerio del Interior israelí había proporcionado estadísticas de todos los años desde 1967 hasta 2008, excepto de 2002, para la que ha indicado que no se dispone de cifras.
Las estadísticas muestran que a 8.269 palestinos se les ha revocado su residencia en los últimos 40 años. El récord anterior fue en 2006, cuando 1.363 palestinos fueron despojados de la condición de residente de Jerusalén. Por el momento, no existen cifras disponibles para de este año.
Los palestinos en Jerusalén oriental tienen la condición de residente permanente, pero la ley israelí dice que puede ser revocada si pasan más de siete años consecutivos fuera de Israel, o tienen residencia o ciudadanía extranjera.
HaMoked ha citado al Ministerio del Interior diciendo que la mayoría de las revocaciones de 2008 - bajo el anterior gobierno de Ehud Olmert - se llevaron a cabo por esos motivos en marzo y en abril como parte de un "cheque iniciado" por el ministerio.
La mayoría de los casos se refiere a palestinos que viven en el extranjero, ha asegurado del ministerio. Sólo en 38 casos se trataba de palestinos que se habían trasladado a territorios ocupados por Israel fuera de Jerusalén oriental.