La crisis viste en pijama. Cuarenta años después de su llegada a Italia, el vestido tradicional para dormir vive sus mejores años.
Varias cadenas de ropa especializadas en pijamas han aumentado sus ventas hasta en un cuarenta por ciento. No es que Italia exporte una nueva línea para la calle, más bien es una consecuencia de la crisis.
La falta de dinero o de empleo cambia nuestros hábitos. Sin dinero se pasa más tiempo en casa, leyendo o viendo la televisión.
La lencería sexy ha reducido sus cifras y hasta en las pasarelas aumenta la oferta del pijama prêt-à-porter. Todos quieren subirse a la patera de la salvación.
Hasta Dolce&Gabbana ha dedicado colecciones enteras a esa íntima prenda. No cabe duda, los pijamas se ríen de la crisis.