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Los 450 explotados por la mafia china trabajaban hacinados 12 horas al día

  • Los trabajadores no estaban encerrados, pero muchos vivían en su lugar de trabajo

  • Cobraban un sueldo tan bajo que les impedía buscar otro domicilio

  • La mayoría no tenía conciencia de ser víctima de explotación

  • Los Mossos no han aclarado si les ha abierto expediente de expulsión

RTVE.ES / EUROPA PRESS
2 min.

Las 450 personas que el pasado martes los Mossos d'Esquadra encontraron en los 72 locales y domicilios registrados durante una macroperación contra la mafia china en Mataró (Barcelona) trabajaban hacinadas entre 10 y 12 horas diarias la semana entera, aunque no estaban encerrados, si bien muchos de ellos vivían allí mismo.

En la operación Wei, en la que participaron 750 mossos, entre ellos 300 investigadores, detuvieron por un delito contra los derechos de los trabajadores a 76 ciudadanos chinos y un español, e imputaron a otros cinco, que eran quienes presuntamente regentaban los talleres textiles registrados y tenían explotados a sus compatriotas.

Condiciones duras

El subjefe de la División de Investigación Criminal de los Mossos, el inspector Josep Monteys, ha explicado que las condiciones laborales de los trabajadores eran "duras" y "difíciles", porque en los talleres y viviendas había suciedad, poca ventilación, se congregaban muchas personas en un espacio muy pequeño, y cobraban un sueldo "tan bajo" que les obligaba a seguir viviendo en esta situación.

En uno de los registros hallaron un retrovisor de coche en la pared que servía al encargado para vigilar a los empleados cuando estaba de espaldas y en varios locales había cámaras exteriores para detectar la llegada de inspectores de Trabajo o policías.

Las 450 personas explotadas -entre las que había un menor-, "no tenían asimilado que son víctimas" si bien en algunos casos presentaron denuncia.

Con visado de turista

El inspector no ha precisado si se les ha abierto un proceso de expulsión a quienes no tenían la documentación en regla.

Se desconoce cómo llegaron a España, aunque en estos casos, según el inspector, llegan con un visado de turista y luego se quedan "escondidos", trabajando para conseguir dinero para pagarse la documentación.

La mayoría pasaron la noche en casa de familiares y amigos, y el consulado ya ha sido alertado para que realice los trámites oportunos.

Respecto al destino de la ropa que confeccionaban en los talleres textiles registrados, Monteys explicó que trabajaban para distintas empresas y podía haber "muchos intermediarios", por lo que todavía se investiga a dónde iba a parar el material.

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