El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, confía "plenamente" en que el Congreso de los Diputados convalidará el próximo jueves el decreto ley aprobado por el Consejo de Ministros el 6 de marzo con una serie de medidas para el fomento del empleo y la protección a los desempleados.
Así lo ha afirmado este martes el ministro durante su comparecencia en la Comisión de Trabajo e Inmigración de la Cámara Baja para hablar del diálogo social, cuyo debate se centró en gran medida en dicho decreto del Gobierno que algunos grupos, como PP y CiU, quieren convertir en proyecto de ley una vez convalidado.
En este sentido, Corbacho ha asegurado que el Ejecutivo no quiere tramitar un proyecto de ley para estas medidas porque son de carácter "coyuntural y urgente", dada la situación económica y que un decreto ley permite su entrada en vigor de forma inmediata. De hecho, "muchas de ellas finalizan el 31 de diciembre de 2009", lo que implica que "tienen una vigencia temporal". No obstante, indica que si en última instancia las Cortes Generales decidieran que el decreto se tramitase como proyecto de ley, el Gobierno seguiría trabajando y colaborando.
Corbacho ha explicado que el Ejecutivo no ha conformado aún una mayoría de partidos que le apoyen para convalidar el decreto y que las posiciones de los grupos parlamentarios "son variadas". No obstante, el ministro cree que tanto el PP como CiU o PNV votarán a favor, por lo que considera que las medidas se aprobarán "ampliamente".
Trabajarán en medidas "de más largo recorrido"
También ha asegurado que una vez convalidado el decreto, la mesa de diálogo social debe de abordar iniciativas "de más largo recorrido", como las referidas al absentismo laboral, la evaluación del resultado de las bonificaciones que existen en la actualidad y otras materias que ya están identificadas y que se discutirán en la mesa en los próximos meses.
Corbacho insiste en que el Gobierno no hará ninguna reforma laboral "de calado" fuera del consenso y que es en la mesa del diálogo social donde deben debatirse estos asuntos. También reitera que el Ejecutivo no intervendrá "ni entiende que deba mediar" en la relación bilateral entre los sindicatos y la patronal (en referencia a la negociación colectiva).
Recordó que el diálogo social se está desarrollando en un contexto de "dificultad", por lo que su ritmo es más lento que en otros procesos anteriores, pero subrayó que no es ni por falta de liderazgo por parte del Gobierno ni por falta de medidas.
"El diálogo social sigue vivo y con muchas de sus tareas aún por hacer", sentenció Corbacho antes de precisar que, en adelante será preciso caminar hacia la consecución de nuevas medidas de carácter estructural. "Se abre ahora, sin solución de continuidad, una nueva fase en el diálogo social para los próximos meses, que debe dirigirse a la discusión de cuestiones de carácter más estructural, que permita sentar las bases para salir de la crisis en la mejor posición para crear y mejores empleos", indicó.