En la pequeña localidad guipuzcoana de Orexa, el valor de un voto se ha multiplicado por quince en los últimos cuatro años. Si en 2005, cinco papeletas válidas suponían un 5% del total, ahora han tenido un peso del 80%. No es para menos, teniendo en cuenta que 70 de los 80 votos depositados en la urna fueron anulados, probablemente por ser de la plataforma D3M.
Este pueblo es uno de los que está gobernado por ANV con mayoría absoluta y sus resultados electorales plasman muy bien cuál era la estrategia de la izquierda radical abertzale al pedir el voto nulo: dejar constancia de su ascendente sobre su electorado, hasta el punto de hacerle ir a votar... para no votar.
Sin embargo, los resultados del 1 de marzo han demostrado que Orexa no es una regla, sino la excepción: de los 17 ayuntamientos gobernados por ANV con mayoría absoluta, es el único donde no han perdido votos.
30% menos de apoyo
Más aún, de los cerca de 30 municipios en los que esta formación logró ser la fuerza más votada en 2007, su 'sucesor' natural, el partido del voto nulo, sólo ha vencido en seis. O, lo que es lo mismo, sus feudos electorales se han dividido por cinco en apenas dos años.
Y es que, aunque en Hernani, Oiartzun, Lezo, Itsasondo y Aduna la mayoría de los votos que se sacaron de las urnas tampoco sirvieron, los representantes abertzales no pueden sacar pecho: con respecto a los resultados del PCTV en las autonómicas de 2005 se han dejado casi un 30% de apoyos.
Estos datos concuerdan con los que se han producido en todo el país vasco. El hipotético partido del voto nulo logró 100.000 votos, 50.000 menos que el partido de las 'nekanes' hace cuatro años, un 33% menos de apoyo popular.
Mayor caída en los grandes municipios
De esta forma, el hecho de que un municipio esté gobernado por ANV no ha provocado que el comportamiento de sus votantes sea diferente que en el resto de Euskadi, aunque esta afirmación no se puede aplicar por igual a todos los casos.
Por ejemplo, los grandes municipios abertzales, desde Hernani a Pasaia, pasando por Anoeta y Mondragón han visto cómo el voto nulo ha tenido mucho menos predicamento que la lista blanca de 2005.
Sin embargo, la diferencia entre el PCTV y el voto nulo se estrecha a medida que el censo es menor y que, por tanto, los votantes se conocen más y en el lugar de encuentro del pueblo, en el ayuntamiento, hay un alcalde de ANV.
Son localidades pequeñas de Vizcaya y Guipúzcoa como Atxondo, Aulesti o Izurza, donde el descenso del voto abertzale está entre el 5 y el 15%, menos de la mitad de la media de Euskadi.
Aralar se beneficia por acción; el PNV, por omisión
Con todo, en todos esos municipios se da una regla común: Aralar despega de manera espectacular, a veces incluso doblando su número de votos de 2005.
Es cierto que en ningún caso logra asumir toda la diferencia de votos entre el PCTV y el voto nulo pero, al menos, consigue atraer en muchos casos entre el 30% y el 50%, todo un avance en los feudos tradicionales de Batasuna.
No se puede decir lo mismo del resto de partidos nacionalistas. Especialmente destacado es el descalabro de Eusko Alkartasuna, pese a que se había esforzado en 'captar' ese voto abertzale descontento con sus actuales representantes.
El PNV, por su parte, ha pasado a ser el partido más votado en los municipios de ANV, pero no logra aumentar su número de votos; más al contrario, algo que sí consigue el PSE.
La mitad de votos, perdidos en once años
En total y descontando los 4.000 votos nulos del 2005, D3M podría haber logrado unos 95.000 votos, que le habrían dado siete escaños en la Cámara de Vitoria, dos menos que el PCTV.
Hace once años, Euskal Herritarrok consiguió el doble de escaños y más del doble de votos, 224.000.
Al menos, al partido del voto nulo le queda un consuelo: lograron diez votos más que Arnaldo Otegi en Orexa.