Los 51 pasajeros que viajaban a borde de un avión rumano se encuentran ilesos, después de que la aeronave tuviera que realizar este sábado un aterrizaje forzoso en el aeopuerto de Timisoara.
El avión, de la compañía rumana Carpatair, se ha visto obligado a aterrizar de emergencia debido a problemas con el tren de aterrizaje.
Los 47 pasajeros de la aeronave y los cuatro miembros de la tripulación no sufrieron daños en el accidente, según la portavoz del aeropuerto de esa ciudad del oeste de Rumanía, Carmen Stoica.
El avión, un Saab 2000, hacía el vuelo entre Chisnau (República de Moldavia) y Timisoara, y antes de tomar tierra sobrevoló más de una hora y media esta última ciudad por problemas en el tren de aterrizaje.
El vicepresidente de la compañía Carpatair, Dan Andrei, ha explicado que las dificultades se debieron al bloqueo del tren de aterrizaje delantero.
"En el aterrizaje, el avión descendió con los dos trenes laterales, frenó bruscamente y después, a una velocidad reducida, se inclinó por la parte delantera. El tren de aterrizaje delantero permaneció bloqueado", ha dicho Andrei a la agencia Agerpres.
Una veintena de ambulancias y equipos de la policía y los bomberos controlaban el aeropuerto de Timisoara antes del aterrizaje para atender a los posibles heridos y en previsión de una explosión de la aeronave.
Carpatair tiene 14 aparatos Saab 2000, fabricados entre 1996 y 1998, de 50 plazas cada uno. Hasta el momento no se había producido ningún incidente con este tipo de aviones.