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El plan de estimulo económico listo para la firma del Presidente

  • El proyecto sale adelante en el Senado con el mínimo de 60 votos

  • Tres senadores republicanos han vuelto a respaldar el plan de estímulo

  • El Senado se suma a la Cámara Baja con lo que sólo falta la firma del Presidente

  • Obama podría hacerlo el lunes como tarde

  • Es su primera gran victoria política

  • Es el mayor estímulo económico jamás ensayado: 787.000 millones de dólares

GABRIEL HERRERO
4 min.

El Senado de los Estados Unidos sigue la estela de la Cámara de Representantes y ha dado el visto bueno definitivo al plan de estímulo de Obama. El proyecto de ley queda listo para que el presidente, Barack Obama, estampe su firma en su primera victoria política. El lunes como muy tarde. Son 787.000 millones de dólares para dar un empujón a la economía, sacarla de la recesión y crear o salvar hasta cuatro millones de empleos.

 Dos tercios del plan se dedican a inversión y gasto público. El tercio restante son recortes e incentivos fiscales. Una ley de mil cien páginas.

El Senado ha aprobado el texto por 60 votos a favor y 38 en contra. Ha sido una votación ajustada al límite, en una carrera contra reloj primero y pausa de cortesía después. Con la caída del sol, empezaba el Sabbath, el día de descanso obligatorio de los judíos, religión que profesan 13 de los cien senadores. Luego, la votación se ha aplazado más de cuatro horas para permitir que el senador Sherrod Brown volviera de Ohio donde ha asistido al funeral de su madre.

El proyecto ha pasado por la mínima, gracias al apoyo de tres senadores republicanos, dos por Maine y uno por Pennsylvania. Se necesitan 60 votos para evitar el filibusterismo parlamentario. Los demócratas cuentan con 58 pero el senador Ted Kennedy no ha podido asistir esta vez ya que se encuentra en tratamiento por su cáncer cerebral. 

El visto bueno del Senado sigue al de la Cámara de Representantes pocas horas antes, que ha contado con 246 votos a favor y 183 en contra. En la Cámara Baja, ningún republicano ha dado su apoyo al plan y siete demócratas se han opuesto.

El coste político del plan

El trámite parlamentario se ha cobrado unas cuantas víctimas. La última, el candidato a la secretaría de Comercio, el senador republicano Judd Gregg, que ayer presentó su renuncia por discrepar con el plan de estímulo.

También ha abierto heridas entre los propios demócratas, soliviantados por los recortes sociales que se han introducido a última hora, en particular en la educación.

Y el propio Presidente ha pagado su precio. Las concesiones que ha hecho los republicanos apenas se han traducido en votos. Los justos para sacar adelante el proyecto en el Senado, donde su apoyo es imprescindible. Y eso a cambio de sacrificios importantes.

Menos dinero del previsto para educación y más ayudas sociales

El recorte más significativo son los cerca de 20.000 millones que se han caído para la construcción de escuelas. La versión final del plan también introduce restricciones  a los 54.000 millones previstos para reparar y renovar el sistema educativo. Pero en conjunto, la educación recibe cerca de 100.000 millones de dólares, el mayor impulso que se ha dado jamás.

También son significativas las partidas para ayudar a los más débiles, especialmente los parados y las familias con menos recursos.

Rebajas fiscales para la clase media

El paquete fiscal ha sufrido cambios una y otra vez, reflejando el pulso entre republicanos y demócratas. Lo más significativo son los 70.000 millones -casi el 9% del plan- para evitar que el Impuesto Alternativo Mínimo afecte a la clase media.

Obama también ha sacrificado parte de su principal promesa fiscal. El cheque de mil dólares para cada familia trabajadora se ha quedado en 800. También se ha recortado a la mitad el incentivo de 15.000 dólares para los compradores de casas. Para contrarrestar el golpe, Obama presentará el miércoles una moratoria en los embargos. Dos grandes entidades financieras, JP Morgan y Citigroup se han sumado por anticipado.

Impulso a las energías renovables y las infraestructuras

El plan contempla más de 62.000 millones en gasto directo en iniciativas verdes y otros 20.000 millones en incentivos fiscales. Además, se caen las ayudas al carbón y los proyectos nucleares.

La inversión en carreteras y puentes suma 29.000 millones de dólares. Más de 7.000 millones para la red de banda ancha. Y más de 9.000 millones para desarrollar el tren de alta velocidad y mejorar la red de ferrocarriles.

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