Veinte minutos antes de que comience la gala de los Goya, a Reyes Abades el corazón se le pone a cien. De repente, se vuelve consciente de que está allí, sus compañeros le han nominado, tiene mucha gente a quién agradecer su ayuda si le dan el premio y no se ha preparado el discurso. Este año le pasará por decimonovena vez.
Atrapado en los Goya
Cada año se repite el mismo ritual, como si fuese el Día de la Marmota de la película Atrapado en el tiempo.
Reyes Abades se prepara para ir a la gala sin llevar ningún amuleto para tentar a la suerte porque "la suerte se echa estos días que está votando la gente".
Luego entra por la alfombra roja, se pierde entre el marasmo de actores y directores famosos y espera en su asiento a que llegue su turno, el premio a los mejores efectos especiales, uno de esos momentos que a la inmensa mayoría de los españoles que están detrás del televisor les parece soporífero. Para él, todo lo contrario.
"Quieres decir en 20 segundos tantas cosas que no te salen. Hubo un año que no dije ni palabra", detalla Abades, que acumula 31 nominaciones a estos premios durante toda su carrera.
Un triunfador anónimo
Y es que, aunque su nombre no aparezca en las crónicas al día siguiente, si hay un triunfador en los 23 años de premios Goya ése es Reyes Abades.
Para comprobarlo sólo hay que ir a su casa y mirar cómo almacena, uno junto a otro, ocho bustos de Goya "haciéndose compañía".
"Es mi única manía, tienen que estar acompañados unos de otros. Forman parte de la familia", confiesa Abades.
En el año 1990 ganó su primer premio por ¡Ay, Carmela!. En 2004, el último, por Lobo. Entre medias, ha logrado seis goyas más, hasta superar en número de premios a figuras del cine español internacionalmente conocidas como Alejandro Amenábar y Alberto Iglesias, ambos con siete galardones.
Sin embargo, Abades tiene los pies en la tierra. "No es lo mismo, no pretendo ni parecerme a ellos ni llegar a ellos. Cada uno sabe el terreno que pisa", matiza.
Nueva nominación
Sin embargo, en 2009 tiene la oportunidad de poner tierra de por medio en la lista de los más premiados, ya que puede conseguir su noveno goya por los efectos especiales de la película de Agustín Díaz Yanes Sólo quiero caminar .
Esta candidatura le hace especial ilusión, sobre todo teniendo en cuenta de que la competencia en su sector ha ido aumentado progresivamente.
Abades tiene una máxima: "Tú haz tu trabajo bien y no mires a los demás", pese a que los tiempos en los que llegó a conseguir tres nominaciones en un mismo año por películas distintas ya han pasado.
Con todo, la fuerza de la costumbre ha hecho a este gurú de los efectos especiales en España vivir las nominaciones a los premios de manera distinta.
"Esperas con muchos nervios que no estés", asegura Abades, que confiesa que el año que no logre una nominación "pensaré que hay cosas que se acaban".